Triunfo histórico de Pogacar en Lombardía: cinco victorias al hilo
Bérgamo, Italia — 11 de octubre de 2025. Cuando el sol decaía sobre los caminos ondulados de Lombardía, Tadej Pogacar cerró con broche de oro una temporada que pocos podrían igualar. La clásica “de las hojas muertas” le rindió homenaje: el ciclista esloveno inscribió su nombre con letras mayúsculas al lograr su quinta victoria consecutiva en el Giro de Lombardía, una hazaña sin precedentes en la historia del ciclismo.
Sobre un recorrido exigente de 241 kilómetros entre Como y Bérgamo, el trazado contó con ascensos estratégicos que sirvieron como escenario para el momento decisivo. Pogacar, fiel a su estilo, esperó el momento justo y lanzó su ataque definitivo en el Passo di Ganda, distanciándose de sus rivales para comandar en solitario los últimos kilómetros.
El belga Remco Evenepoel cruzó la meta en segundo lugar, a 1 minuto y 48 segundos de distancia, mientras que el australiano Michael Storer completó el podio. Por su parte, el mexicano Isaac del Toro, escudero del esloveno, tuvo una destacada labor táctica y finalizó en la quinta posición con un tiempo retrasado de 4 minutos con 16 segundos respecto al vencedor.
Con este triunfo, Pogacar no solo alcanzó su décima victoria en Monumentos ciclistas, sino que además igualó la marca de cinco triunfos del legendario Fausto Coppi, aunque nadie antes había logrado esa cantidad de victorias de forma consecutiva. También se erige como el primer corredor en la historia del ciclismo en conquistar un mismo Monumento cinco años en fila.
La temporada 2025 de Pogacar ya era memorable antes de esta última cita: se había coronado campeón mundial de ruta y europeo, y había triunfado en otras dos pruebas Monumento —el Tour de Flandes y la Lieja-Bastoña-Lieja— para completar un dominio pocas veces visto en el pelotón. Esa consistencia lo colocó como el único corredor de la presente campaña en subir al podio en los cinco Monumentos del calendario.
Al cruzar la línea de meta con un tiempo de 5:45:53, Pogacar se consagró definitivamente como figura dominante del ciclismo actual. En la ceremonia, no faltaron los aplausos que reconocieron no solo su victoria, sino la magnitud del logro deportivo que hoy incluso redefine los límites del ciclismo de alto nivel.