Sheinbaum presenta estrategia integral para sanear finanzas de Pemex
Ciudad de México, 5 de agosto de 2025. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó hoy en Palacio Nacional la Estrategia Integral de Capitalización y Financiamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), un plan visionario diseñado entre Hacienda, Energía y Pemex para consolidar a la petrolera como una empresa fuerte, moderna y rentable por primera vez bajo una hoja de ruta que abarcará hasta 2030.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum recordó que la deuda de Pemex creció 130 % entre 2008 y 2018, pero que desde 2019 se ha logrado reducir su volumen en un 16 % gracias a políticas públicas sostenidas, y estableció como meta la disminución del saldo a 77 300 millones de dólares para el 2030.
El nuevo régimen fiscal conocido como “Derecho Petrolero para el Bienestar” sustituirá al anterior con tres tributos, y establece una tasa fija del 30 % para petróleo y 12 % para el gas no asociado, reduciendo la carga tributaria sobre Pemex y permitiéndole reinvertir más de sus ganancias.
Entre las medidas financieras figura la emisión de notas precapitalizadas por 12 000 millones de dólares a través de un fideicomiso en Luxemburgo, que permite a Pemex acceder a recursos sin aumentar la deuda pública directa. Estos bonos, respaldados en activos del Tesoro estadounidense, se usarán para pagar amortizaciones e intereses durante 2025 y 2026.
La presidenta aseguró que gracias a este enfoque, Pemex dejará de requerir apoyo directo de la Secretaría de Hacienda para su operación a partir de 2027, sustentándose únicamente en sus ingresos generados por producción, refinación y gas natural.
Como parte de la estrategia energética, el director de Pemex anunció que se fortalecerá la red de gasoductos en el sureste mexicano —lo que incluye proyectos como Interoceánico, Conexión Maya y Coatzacoalcos II— y se impulsará la producción de crudo, gasolinas, diésel y petroquímicos en polos del bienestar.
En el ámbito operativo, la estrategia contempla la reestructuración interna mediante la eliminación de filiales redundantes y el despido de 3 000 empleados de confianza para generar ahorros superiores a 18 500 millones de pesos, parte de los cuales se redirigirían a exploración y explotación petrolera.
Este plan estratégico, considerado el más ambicioso desde la expropiación de 1938, busca restaurar la autonomía operativa y financiera de Pemex sin recurrir a rescates masivos, consolidando a la petrolera como un motor sostenible del desarrollo nacional.