Revela cómic el verdadero amor de Diego Rivera

Yanireth Israde | Agencia Reforma

Ciudad de México. Una novela gráfica dedicada al muralista Diego Rivera, titulada simplemente Diego Rivera, destaca el idilio más auténtico y perdurable del artista: el que mantuvo con la pintura.

“Es una historia de amor de Diego Rivera con la pintura: su gran amor“, define el artista gráfico José Luis Pescador, autor, junto al escritor Francisco de la Mora, del cómic biográfico publicado por el sello Grijalbo, tras seis años de trabajo conjunto.

La medida de esa pasión la expresa, por ejemplo, una escena que transcurre en Europa, cuando el pintor se instala, durante horas, frente a la vitrina de la galería Ambroise Vollard, en París, para mirar durante horas, y días, incluso empapado por la lluvia, la obra de Paul Cézanne, en un embeleso febril.

“Era muy importante mostrar el descubrimiento que hace de sus dotes artísticas y tratar de transmitirle al lector y lectora esa sensación de descubrir esa fiebre, porque acaba de encontrar algo que le da la pintura de Cézanne; porque es una historia de amor de Diego Rivera con la pintura”, enfatiza en entrevista Pescador.

“Rivera es un personaje fabuloso en muchos sentidos, por su vida y por sus peripecias; pero, además, conoció a todos los que había que conocer en la época. Entonces, (el libro) es, al mismo tiempo, un fresco de toda una época”, añade

Este cómic, que remite no solamente a la plástica del muralista, sino también a la de otros artistas, como José Guadalupe Posada, Pablo Picasso, Georges Braque, Amedeo Modigliani o, por supuesto, Frida Kahlo, entre otros más, surgió tras la colaboración de ambos autores en el libro Nueva historia mínima de México, de El Colegio de México, cuya portada presenta un dibujo de Pescador que recrea a Rivera mientras pinta un mural con personajes del siglo XX y algunos del XXI.

“(Ese proyecto) sembró la semilla para querer seguir trabajando temas históricos”, indica, por su parte, De la Mora.

“Utilizamos a Diego Rivera como pretexto para seguir hablando del siglo XX; pero Diego Rivera, el personaje, se comió a su propio siglo. Fue muy interesante descubrir todas las anécdotas de Diego y, al final, ya no hablamos tanto del siglo XX –aunque, obviamente, es una pincelada a toda esa parte tan bonita de la historia de México–, porque Diego fue tan importante que se acabó comiendo el siglo”.

Los autores aspiraron a crear una biografía que trascendiera el mito, si bien incluye varios promovidos por el mismo pintor, como el de comer carne humana.

“Se trataba de contar una vida con sombras y luces“, puntualiza Pescador. “Quizá no estamos muy habituados a las biografías en México, y pretendemos verlas como uno de esos documentales a modo, donde todo es perfecto.

“Éste no es un homenaje: es una biografía donde se cuentan también las triquiñuelas –son parte de la vida–, y Diego Rivera tiene muchos aciertos, pero también muchas cosas que, desde el punto de vista del siglo XXI, son condenables“.

“Diego Rivera inventó no solamente el mito de su propia vida, sino uno de los mitos de la historia de México. Y como era un personaje tan seguro de sí mismo, nunca dejó nada afuera: en sus biografías está todo.

“Y tratamos, como dice José Luis, de poner las luces y las sombras, porque también tiene muchas, y fue bastante interesante verlo de ese modo”, complementó De la Mora.

Basada principalmente en las biografías del muralista escritas por Loló de la Torriente, Bertram D. Wolfe y la producida por el mismo artista, en coautoría con Gladys March, además de la consulta de otras fuentes bibliográficas e iconográficas, esta novela gráfica refleja también la relevancia que adquiere el cómic en los ámbitos académico y de divulgación histórica.

“El cómic es ideal para contar historias como ésta de Diego, que se puede contar a la manera de una película, viéndolo mientras pinta los murales con todos sus ayudantes, con los patrocinadores ahí, de mirones; con Frida Kahlo a un lado, pintando un pequeño lienzo, con sus perros.

“Son cosas que solamente un cómic puede hacer, y, al mismo tiempo, mostrar el pasado, el presente y el futuro; mostrar acercamientos a la obra e indicar sonidos también”, pondera Pescador.

“Creo que no le falta nada al cómic para ser un lenguaje súper completo“, zanja sobre el libro, dirigido al público adulto.

La obra, a color, y de 208 páginas, se encuentra disponible tanto en las librerías como en formato electrónico.

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