Retiran restos tóxicos del mar de Acapulco
Acapulco, Guerrero; 25 de octubre de 2025. A más de dos años del paso del huracán Huracán Otis por Acapulco, las labores de limpieza del fondo marino han retirado toneladas de desechos y materiales peligrosos que quedaron tras el desastre. Los restos incluyen piezas de fibra de vidrio, cables, metales, aparatos electrónicos, aceites y combustible.
El proyecto de limpieza, conocido como SeaFinder, arrancó en junio pasado bajo la coordinación de buzos y expertos preparados, con apoyo de empresas privadas y un convenio institucional con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). Las labores de extracción de desechos se están realizando de forma manual para evitar mayores daños al ecosistema, especialmente al sedimento y la estructura del fondo marino.
Hasta el momento, el equipo a cargo reporta que han extraído aproximadamente 40 toneladas de residuos del fondo marino, lo cual representa apenas una fracción del total estimado. Los especialistas advierten que el volumen real de basura y restos tóxicos puede ser mucho mayor en las zonas afectadas por el arrastre de embarcaciones y escombros provocados por el huracán.
La contaminación en el mar pone en riesgo no solo la fauna y flora marina, sino también la salud de los habitantes y la actividad turística que depende de la calidad de las aguas y las playas. Los expertos señalan que los fragmentos de fibra de vidrio, al descomponerse, pueden ser ingeridos por especies marinas y entrar en la cadena alimentaria.
El biólogo Juan Barnard Ávila, quien estudió la ola de calor marino previa a Otis, explicó que el fenómeno contribuyó a la vulnerabilidad del ecosistema. Señaló que el agua del mar alcanzó 32 °C, una temperatura atípica, y alertó que las condiciones observadas podrían favorecer la formación de fenómenos meteorológicos más intensos.
El trabajo de limpieza también ha contado con el uso de un sonar de escaneo lateral y una plataforma flotante con grúa para localizar y extraer los fragmentos más grandes. Sin embargo, el proceso es lento y requiere especial cuidado interno del equipo de buceo ante los riesgos de manipulación de metales, aceites y otros residuos peligrosos.
Autoridades locales y estatales hicieron un llamado a la población para que se evite arrojar basura al mar y se refuercen las acciones de gestión de residuos terrestres, dado que la mayoría de la contaminación marina proviene de descargas por tierra o del arrastre durante fenómenos naturales.