Pena capital de Caro Quintero sigue en vilo; evidencia de tortura de Kiki saldrá a la luz
Redacción | V+ Noticias
Nueva York, Estados Unidos. La Fiscalía de Estados Unidos no ha determinado aún si solicitará la pena capital contra Rafael Caro Quintero, señalado por encabezar el asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, perpetrado en 1985.
Aunque la posibilidad permanece “sobre la mesa”, la decisión será anunciada durante la siguiente audiencia judicial, programada para el 18 de septiembre, según confirmaron autoridades estadounidenses.
Durante la sesión de este miércoles, que se prolongó por apenas 20 minutos, la fiscal Saritha Komatiredy reveló que, como parte del expediente, disponen de grabaciones del interrogatorio y tortura infligidos al agente Camarena, las cuales podrían ser incorporadas como evidencia. La representante del Gobierno federal afirmó que se trata de “grabaciones extremadamente sensibles”.
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El juez Frederick Block, del distrito este de Nueva York, había otorgado un plazo de 90 días para que la Fiscalía precisara si buscaría la pena máxima para el otrora líder del Cartel de Guadalajara, pero el Gobierno estadounidense ha pospuesto tal determinación.
Por parte de la defensa, la abogada Elizabeth Macedonio informó que presentarán un paquete de elementos de mitigación ante el fiscal general con el propósito de evitar la ejecución judicial.
Entre los aspectos que expondrán se encuentran que el asesinato ocurrió hace cuatro décadas en México, y los términos atípicos de la entrega de Caro Quintero, que no correspondió a una extradición tradicional, sino a una remisión múltiple realizada por la administración de Claudia Sheinbaum.
El narcotraficante, tras pasar cerca de 30 años encarcelado en México, fue liberado en 2013 por un error procesal. Posteriormente, permaneció prófugo durante casi una década. En ese periodo, el Gobierno estadounidense ofreció hasta 20 millones de dólares, el doble de lo que entonces ofrecía por el Mencho, líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
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Su detención ocurrió en julio de 2022, mediante un operativo desplegado en la sierra de Sinaloa, y su envío a Estados Unidos se concretó a finales de febrero. Este traslado formó parte de una entrega masiva de 29 capos del narcotráfico, orquestada en el marco de negociaciones arancelarias con Donald Trump.
En esa entrega también fueron incluidos los hermanos Treviño Morales, antiguos líderes de Los Zetas, integrantes clave del Cartel de Sinaloa relacionados con el tráfico de fentanilo, y fundadores de la Familia Michoacana y del CJNG.
Pero el caso emblemático fue el de Caro Quintero, a quien la DEA reconoce como símbolo de una deuda histórica. “Es un asunto personal”, han expresado integrantes de la agencia, y la Casa Blanca llegó a calificarlo como “uno de los jefes de carteles más malvados del mundo”.
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