“No hay indicios de lavado de dinero” en remesas; no se criminalizará su envío, asegura Sheinbaum
Ciudad de México, 2 de diciembre de 2025. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo declaró este martes que el gobierno federal no cuenta con indicios de que las remesas enviadas desde el extranjero sean utilizadas para el lavado de dinero, y enfatizó que, de haber alguna irregularidad, se investigará y sancionará el caso, pero sin “criminalizar a todos los que envían remesas”.
Durante su conferencia matutina respondió a cuestionamientos sobre una posible relación entre la caída en los envíos de remesas y alertas recientes de lavado de dinero, y sostuvo con firmeza: “No tenemos ningún indicio de que esto tenga que ver con algún tema de lavado de dinero, nada”.
Sheinbaum recordó que según estimaciones del Banco de México, entre 15 y 40 millones de connacionales radicados en Estados Unidos envían remesas regularmente, lo que evidenciaría que dichos envíos responden al apoyo familiar y la solidaridad, no a actividades ilícitas.
La mandataria aclaró que en el caso de que alguna transferencia levante sospechas —por montos inusuales o signos de actividad irregular—, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y autoridades correspondientes están facultadas para investigar, sancionar si procede, pero no se adoptará una postura general de sospecha hacia todos los migrantes.
Asimismo, sostuvo que vincular automáticamente la disminución reciente en el flujo de remesas con lavado de dinero sería desacertado, pues aseguró que muchos envíos corresponden a la situación personal de los migrantes en Estados Unidos, y que esa caída podría responder a factores diversos.
Subrayó que históricamente las remesas representan un apoyo fundamental para familias en México —una práctica con profundas raíces sociales y económicas— y que criminalizar su envío por una sospecha generalizada sería injusto y afectaría a millones de hogares.
El gobierno, reiteró, seguirá atento a los reportes de operaciones sospechosas y reforzará la vigilancia financiera cuando haya elementos que lo justifiquen; pero enfatizó que el principio debe ser la presunción de inocencia de quienes envían recursos, salvo que se demuestren irregularidades.
Con este posicionamiento, Sheinbaum busca garantizar que las remesas sigan siendo vistas como un acto legítimo de solidaridad familiar y sostén económico, y al mismo tiempo dejar claro que el Estado actuará con rigor solo si hay pruebas específicas de lavado de dinero.