“Las películas son más inteligentes que quienes las hacen”, afirma David Pablos
Morelia, Mich.; 15 de octubre de 2025. David Pablos presentó en el Festival Internacional de Cine de Morelia su más reciente filme En el camino, el cual ha recibido reconocimiento internacional, incluidos dos premios en el Festival de Venecia. El director señaló que durante la edición vivió muchos momentos de duda sobre el formato final de la película, sobre cómo quedaría después de soltarle un poco la camisa al guion, especialmente en la edición.
Pablos comentó que en el proceso creativo ocurre algo más allá de la intención consciente: al construir la narrativa, surgen temas que uno no tenía del todo presentes al inicio, ideas que brotan en el montaje y en la filmación, que lo hacen pensar que las películas pueden tener una visión más profunda que la de sus propios creadores. En ese sentido expresó que las películas, en su desarrollo, empiezan a cobrar significado en niveles varios, algunos invisibles hasta después de que se estrenan.
El filme En el camino cuenta la historia de Veneno, un joven que frecuenta restaurantes en carretera y caminos olvidados, en donde comienza una relación con Muñeco, un trailero marcado por el alcoholismo y la drogadicción. A partir de ese encuentro, el personaje Veneno se ve envuelto en la venta de drogas, el amor ambiguo, la violencia propia de los viajes y el peso del pasado que lo alcanza.
Para capturar ese mundo, Pablos hizo una investigación de campo en el norte de México; observó la vida en los talleres mecánicos, el sentir de los traileros, la sociabilidad en las “cachimbas” durante la madrugada, los códigos, los apodos y esos matices de masculinidad rota que suelen permanecer invisibles. Señaló que el reparto natural fue clave para que esa autenticidad emergiera y que filmar en Ciudad Juárez fue necesario para que la película respirara los paisajes y la realidad que quería retratar.
Pablos no rehuyó los temas difíciles: el deseo entre hombres, la violencia, los recientes hallazgos como los harenes de narcos con jóvenes, o las dinámicas afectivas dentro de un ambiente áspero. Reconoció que en las escenas íntimas hubo mucho cuidado, diálogo con los actores, para evitar la explotación o el sensacionalismo mientras se mantiene una honestidad emocional.
La productora Inna Payán, colaboradora cercana de Pablos, resaltó que él ha desarrollado una voz propia como director, con convicción sobre lo que quiere contar y cómo lo quiere contar. Dijo que el guion se fue bordando a partir de la observación y la experiencia, y que los lugares del rodaje, los encuentros humanos, moldearon el contenido mucho más de lo pensado al inicio.
Al cierre de su intervención, Pablos reflexionó que una película, cuando logra articular sus dimensiones formales, emocionales y sociales, revela algo mágico: trabaja con lo inconsciente, con lo que no se previó, y puede tornarse más sabio que quien la hizo. Esa certeza le da fuerza a su obra y hace de En el camino no sólo una historia personal, sino una exploración colectiva de lo que se ve, lo que no se ve, lo que se siente y lo que se calla.