
La sangre de un hombre inmune a mordeduras de serpiente podría revolucionar los antídotos
– Tras exponerse voluntariamente a cientos de picaduras venenosas, la sangre de Tim Friede es estudiada para crear un tratamiento universal.
Redacción | V+Noticias
Nueva York.- Tim Friede no es un científico, pero su cuerpo podría contener la clave para salvar miles de vidas. Durante casi dos décadas, este residente de Wisconsin, movido por una intensa fascinación por los reptiles y lo que él llama “simple curiosidad“, se ha sometido a un régimen extremo y peligroso: inyectarse pequeñas dosis de veneno de serpiente y permitir que estos animales lo muerdan cientos de veces, buscando desarrollar inmunidad.
Lo que comenzó como un pasatiempo peligroso extrayendo veneno de escorpiones y arañas, escaló a un experimento personal con su propia vida. “Al principio, daba mucho miedo”, confiesa Friede, cuyos brazos muestran las cicatrices de encuentros con mambas negras, taipanes y cobras, documentados en su canal de YouTube. “Quería llevar los límites lo más cerca posible de la muerte (…) y luego alejarme de ahí“, afirma, describiendo su peligrosa búsqueda de tolerancia.
Meet Tim Friede, a herpetologist who gets bitten by the most venomous snakes on purpose pic.twitter.com/Wq44GR2IdL
— A Life Without Humans (@alifewithoutus) January 16, 2024
Aunque ningún profesional médico recomendaría jamás su método, los científicos reconocen la base biológica: la exposición controlada y gradual a toxinas puede estimular al sistema inmunitario a producir anticuerpos neutralizantes. Y la tolerancia desarrollada por Friede es excepcional.
Consciente del potencial de su riesgosa odisea, Friede contactó a científicos, ofreciendo su sangre para investigación. Su iniciativa llega en un momento crítico: la Organización Mundial de la Salud estima que unas 110,000 personas mueren anualmente por mordeduras de serpiente. Los antivenenos actuales, a menudo producidos inyectando veneno en animales como caballos, son costosos, difíciles de fabricar, específicos para ciertas especies y pueden causar reacciones adversas en humanos.

El llamado de Friede fue respondido. Peter Kwong, de la Universidad de Columbia, reconoció la singularidad del caso: “Tuvimos un individuo muy especial con anticuerpos increíbles que creó a lo largo de 18 años“.
Un estudio reciente publicado en la revista Cell, en el que Kwong y otros colaboradores participaron, detalla los primeros hallazgos prometedores. Los investigadores lograron identificar dos anticuerpos en la sangre de Friede capaces de neutralizar el veneno de múltiples especies de serpientes, particularmente el grupo que incluye mambas y cobras.

Si bien la investigación es preliminar –el tratamiento experimental solo se ha probado en ratones y está a años de ensayos en humanos– y aún no es eficaz contra víboras (como las serpientes de cascabel), representa un paso significativo hacia un posible antiveneno de amplio espectro. Nicholas Casewell, investigador de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool ajeno al estudio, calificó los resultados como prometedores, aunque enfatizó que “queda mucho trabajo por hacer“.
El camino de Friede no ha estado exento de graves consecuencias: perdió parte de un dedo tras una mordedura y ha sido hospitalizado por picaduras de cobra. Actualmente, colabora con Centivax, una empresa que cofinanció el estudio y busca desarrollar el tratamiento basado en sus anticuerpos.


A pesar del potencial beneficio para la humanidad que podría surgir de su peligrosa travesía, Friede es enfático al disuadir a otros de seguir sus pasos: “No lo hagan“, advierte. Su esperanza es que su sacrificio personal pueda, algún día, traducirse en un tratamiento que salve vidas sin que nadie más tenga que arriesgar la suya de manera similar. AP

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