
¿La biopic de Michael Jackson está maldita? Filme se alarga hasta 2026
Redacción | V+ Noticias
Ciudad de México. La cartelera contemporánea observa una merma en el público adulto para cintas sin gran despliegue visual tras la pandemia, pero el subgénero del biopic musical persevera como si fuera una franquicia propia, como en el tan sonado caso del filme de Michael Jackson.
Ejemplos recientes ilustran la oscilación: la lúgubre Back to Black sobre Amy Winehouse o la fallida I Wanna Dance With Somebody acerca de Whitney Houston se hundieron, mientras A Complete Unknown acumuló 140 millones de dólares globales y obtuvo ocho nominaciones al Óscar.
La película Michael, dirigida por Antoine Fuqua, tenía un estreno planeado para abril de 2025; pasó a octubre del mismo año y ahora apunta hacia 2026. El ajuste incluye 22 días adicionales de filmación en junio, dos meses después de la fecha fijada en un principio.
El proyecto muta en díptico. El nuevo metraje robustecerá la primera mitad y “parte uno” concluirá alrededor de 1980, antes de Thriller, Bad y de las acusaciones de abuso infantil de 1993 que desembocaron en un acuerdo de 1994 y en un juicio diferente por cargos de abuso en 2005.
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El filme incorporó escenas con un denunciante cuya conciliación con el patrimonio del cantante prohíbe cualquier dramatización. La ausencia de vigilancia adecuada por parte de la administración de la herencia convirtió esa decisión dramática en problema jurídico. Dividir la obra otorga tiempo para corregir el tramo final y evitar el incumplimiento.
La producción se suma a la tendencia de tratar los relatos musicales como sagas: se prepara un cuarteto de cintas sobre The Beatles, una por integrante, y el equipo de Michael transforma un desliz del patrimonio en ocasión de negocio, con potencial de duplicar la recaudación.
La estrategia de “eventizar” busca abordar múltiples acusaciones de abuso infantil contra el Rey del pop. La elección de Jaafar Jackson, sobrino del artista, para encarnar a su tío insinúa un retrato benévolo, pues la custodia del legado permanece celosa y lucrativa.
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Fracasos recientes muestran que las tragedias cercanas complican la taquilla: la muerte temprana de Winehouse y la adicción de Houston provocaron cintas percibidas como mercancía autorizada que, además, entristecen al público.
MJ the Musical demostró la rentabilidad de evocar al ídolo: durante tres años recaudó millones en Broadway y después en Londres y Australia, situándose en 1992, justo antes de las denuncias públicas.
Sobre el papel, Michael reúne elementos de fiasco —patrimonio descuidado, refilmación costosa, actor debutante y un material que pone a prueba la tolerancia del público—; sin embargo, podría redefinir los lindes entre arte biográfico y negocio de la memoria.
Jackson transformó la historia de la música; desde el más allá, recibe la oportunidad de modificar la del cine musical, y aquí viene bien la risa malévola del video de Thriller.
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