Exigen prueba de sexo a campeona olímpica
Redacción | V+ Noticias
Ciudad de México.- La campeona olímpica Imane Khelif enfrenta un nuevo obstáculo en su carrera: World Boxing, el nuevo organismo rector del deporte, exige que se someta a una prueba genética de sexo para poder competir en futuros torneos, incluida la Copa de Eindhoven (Países Bajos) el próximo mes.
La decisión llega tras la polémica desatada en París 2024, donde Khelif ganó el oro en boxeo femenino bajo el aval del COI, pero bajo sospechas de federaciones rivales. En 2023, la exasociación IBA (dominada por Rusia) la había descalificado junto a la taiwanesa Lin Yu-ting por “fallar una prueba de elegibilidad”. Sin embargo, el COI permitió su participación en los Juegos, aplicando sus propios estándares.
We won women. Imane Khelif and every other man will have to undertake mandatory sex tests. Well done to all the women who have made so much noise – not limited to – but especially, the brave women who got out in protest at the Olympics last August and kicked the whole thing off… pic.twitter.com/tloxCkrHx3
— Jean Hatchet (@JeanHatchet) May 30, 2025
¿Qué implica la nueva regla?
– Pruebas PCR obligatorias (hisopos bucales o análisis de sangre) para detectar cromosomas sexuales.
– Si se halla “material masculino”, la atleta será evaluada por médicos independientes (hormonas, anatomía, etc.).
– Proceso de apelación, pero sin claridad sobre plazos o criterios finales.
World Boxing justifica la medida como “protección a la equidad y seguridad”. Pero críticos la tachan de obsoleta y discriminatoria: en los 90, el COI abandonó estos exámenes por su falta de precisión en casos de diferencias en el desarrollo sexual (DSD).
El debate global
El boxeo no es el único: World Athletics (atletismo) ya reinstauró pruebas cromosómicas y vetó a transgénero que pasaron por pubertad masculina. Mientras, líderes como Donald Trump han politizado el tema, exigiendo exclusiones radicales.
Khelif, de 26 años, niega cualquier irregularidad y planea defender su oro en Los Ángeles 2028. Pero el escrutinio sigue: ¿Es esto ciencia o prejuicio?
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