Estados Unidos realiza su décimo ataque contra presuntas embarcaciones del narcotráfico; mueren seis personas
Hemisferio Occidental; 24 de octubre de 2025. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó que durante la noche del jueves 23 de octubre, las fuerzas armadas estadounidenses llevaron a cabo su décimo ataque contra una embarcación sospechosa de transportar drogas en el Caribe. El ataque resultó en la muerte de seis personas, elevando el número total de fallecidos en esta campaña a al menos 46.
Según Hegseth, la embarcación atacada era operada por la banda transnacional Tren de Aragua, una organización criminal vinculada al narcotráfico en la región. El ataque se realizó en aguas internacionales, y el secretario de Defensa destacó que fue el primero llevado a cabo durante la noche. En un video divulgado en redes sociales, se observa un bote aparentemente inmóvil en el agua cuando un proyectil desciende sobre él, causando una explosión.
Hegseth afirmó que las fuerzas estadounidenses tratarán a los narcotraficantes como a miembros de Al-Qaeda, comprometiéndose a rastrear y eliminar a quienes operan en el hemisferio. Esta declaración subraya la postura agresiva del gobierno estadounidense en su lucha contra el narcotráfico en la región.
El ritmo de los ataques ha aumentado significativamente en las últimas semanas, pasando de uno cada varias semanas en septiembre a tres en una sola semana. Además del ataque en el Caribe, dos operaciones recientes también se llevaron a cabo en el Pacífico oriental, ampliando el alcance de las acciones militares estadounidenses en la región.
Estas operaciones se producen en un contexto de creciente tensión con países como Venezuela, donde el gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado las acciones estadounidenses como violaciones de su soberanía. El presidente Donald Trump ha autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de Venezuela, lo que ha elevado las preocupaciones sobre posibles represalias y escaladas en la región.
En respuesta a estas tensiones, Estados Unidos ha desplegado el portaaviones más grande de su flota en el Caribe, junto con un grupo de ataque, para reforzar su presencia militar en la región. Este despliegue tiene como objetivo fortalecer las capacidades de detección y monitoreo de actividades ilícitas, así como desmantelar las organizaciones criminales transnacionales que operan en el área.
El gobierno estadounidense ha justificado estas acciones como parte de una estrategia para combatir el narcotráfico y proteger la seguridad nacional. Sin embargo, organizaciones internacionales como Human Rights Watch han calificado estos ataques como ejecuciones extrajudiciales, generando críticas sobre la legalidad y la ética de las operaciones militares en aguas internacionales.