Estados Unidos intensifica ataques contra presuntas embarcaciones del narco en el Pacífico
Washington, D.C., 10 de noviembre de 2025. La administración estadounidense ha continuado con su campaña de intervención militar en el mar contra embarcaciones consideradas pertenecientes al narcotráfico, en una estrategia que ya ha reportado múltiples víctimas. Según fuentes de prensa internacional, seis personas perdieron la vida en el más reciente ataque naval aplicado por Estados Unidos en aguas del Pacífico.
El Departamento de Defensa norteamericano catalogó los objetivos como “vías de narcotráfico” operadas por organizaciones designadas como terroristas, y sostuvo que las misiones se desarrollan bajo la premisa de interdicción marítima para detener el envío de drogas hacia el país. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no han divulgado pruebas detalladas sobre la participación de las personas afectadas ni la carga interceptada.
La operación más reciente —que se suma a una serie de bombardeos y acciones navales iniciadas en septiembre— generó alertas en gobiernos de la región, que cuestionan el uso de la fuerza en alta mar y la ausencia de transparencia sobre la identidad de los fallecidos. En varios casos se ha denunciado la posible muerte de pescadores o tripulaciones civiles.
En el Congreso de Estados Unidos, legisladores de ambos partidos expresaron preocupación por la legalidad de tales acciones, señalando que podrían constituir ejecuciones extrajudiciales si no se ajustan al derecho internacional humanitario o a procesos de rendición de cargo. El debate también abordó la falta de supervisión parlamentaria en este tipo de misiones.
Desde Latinoamérica, varios países han emitido declaraciones diplomáticas condenando el modo y la frecuencia de los ataques, e insistieron en que se respete la soberanía de las aguas jurisdiccionales y se privilegie la interceptación y el proceso judicial en lugar de la acción militar directa.
El ritmo y alcance de estas operaciones ha sido comparado por analistas con campañas bélicas tradicionales, al involucrar desplegados navales, sistemas de armas de precisión y procedimientos de inteligencia que recuerdan misiones antiterroristas, lo que plantea interrogantes sobre su encuadre jurídico y político.