El grupo delictivo de Rocha Cantú fabricaba cargadores de rifles R15
Ciudad de México; 06 de diciembre de 2025. La organización vinculada al empresario Raúl Rocha Cantú fue señalada por autoridades federales como responsable de fabricar cargadores para rifles R15 en grandes volúmenes, alcanzando hasta mil 500 unidades por semana destinadas al mercado del crimen organizado. Las investigaciones apuntan a que este esquema operaba desde talleres clandestinos y se encontraba articulado con otras actividades ilícitas que fortalecían su estructura criminal.
Las indagatorias de la Fiscalía General de la República, en coordinación con la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, revelan que el grupo también traficaba combustible robado desde Guatemala hacia México, al tiempo que introducía armas y componentes bélicos mediante una red de empresas fachada. Estas compañías simulaban operaciones legales para encubrir la entrada y salida de mercancía prohibida sin levantar sospechas.
De acuerdo con los reportes oficiales, los cargadores producidos eran distribuidos a organizaciones criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación, La Unión Tepito y otras células delictivas que operan en distintas regiones del país. Esta capacidad de abastecimiento, documentada por las autoridades, evidencia el alcance nacional que había logrado la red encabezada por Rocha Cantú.
Entre los elementos detectados, destaca el uso de empresas de seguridad privada que falsificaban licencias y permisos para justificar la posesión, traslado y comercialización de armamento. Esta modalidad aprovechaba vacíos regulatorios en el sector, permitiendo a la organización mover cargadores y armas de alto poder bajo la apariencia de operaciones legales.
La estructura también habría operado una red de transporte para distribuir hidrocarburo robado, con una flotilla de camiones cisterna que funcionaban como una segunda fuente de financiamiento ilícito. Este componente multipropósito de la organización refuerza la hipótesis de que sus actividades estaban diseñadas para generar ingresos constantes y diversificados.
Autoridades federales señalaron que la manufactura de componentes bélicos representa un desafío adicional en el combate al crimen organizado, pues no sólo facilita el acceso a armas, sino que permite a los grupos criminales reducir su dependencia del tráfico internacional. Este factor incrementa la disponibilidad de armamento en contextos locales de violencia.