China advierte que combatirá hasta el final en su enfrentamiento comercial con Estados Unidos
Beijing; 14 de octubre de 2025. China ha reafirmado su postura firme ante Estados Unidos al declarar que luchará “hasta el final” en la guerra comercial entre ambas potencias. A través de un portavoz del Ministerio de Comercio, Pekín dejó claro que su posición no ha cambiado: está dispuesta tanto al conflicto como al diálogo.
La escalada reciente incluye la amenaza estadounidense de imponer aranceles del 100 por ciento a productos chinos, una medida que por ahora ha sido aplazada hasta después de una eventual reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping. En respuesta, China ha advertido que si EE. UU. escoge confrontar, Pekín no retrocederá; pero que si opta por la negociación, mantendrá abierta esa puerta.
El contexto previo a esta advertencia incluye diversas medidas de choque entre ambas naciones. China, por su parte, ha activado sanciones contra entidades relacionadas con Estados Unidos y ha impuesto nuevas tasas portuarias a buques estadounidenses. Al mismo tiempo, Pekín ha denunciado que Washington recurre a prácticas unilaterales y proteccionistas que quebrantan acuerdos internacionales.
Desde la administración estadounidense, el secretario del Tesoro ha señalado que hubo comunicación con Pekín y que la entrada en vigor de algunos aranceles será diferida. Se espera que las negociaciones entre Trump y Xi en Corea del Sur puedan cambiar el curso de estas tensiones.
Empresarios, analistas y mercados internacionales siguen con atención la evolución de este enfrentamiento comercial. Muchos advierten que de romperse la frágil tregua, las cadenas de suministro globales podrían resentirse, y las economías emergentes sufrirían un impacto significativo.
China parece dispuesta a asumir costos y consecuencias para preservar lo que considera su soberanía comercial y estratégica. Al mismo tiempo, busca evitar verse como instigadora del conflicto, por lo que insiste en que su disposición al diálogo es genuina.
Mientras tanto, Estados Unidos ha adoptado un tono relativamente más conciliador en declaraciones recientes, aunque mantiene la capacidad de imponer sanciones adicionales si Pekín no cede en los puntos clave. En medio de esta tensión, el mundo observa con cautela, pues las decisiones que se tomen en los próximos días podrían redefinir no solo el comercio bilateral, sino el equilibrio económico global.