
CEO renuncia tras polémica revelada durante concierto de Coldplay
Boston, Massachusetts, 19 de julio de 2025. Un viral “kiss‑cam” en un concierto de Coldplay captó al CEO de la empresa tecnológica Astronomer, Andy Byron, en una actitud cariñosa con la directora de Recursos Humanos, Kristin Cabot, mientras ambos estaban casados con otras personas, lo que generó especulaciones sobre una posible infidelidad.
El vocalista del grupo, Chris Martin, comentó con humor sobre el momento: “O están teniendo una aventura o simplemente son muy tímidos”, lo que provocó risas y amplificó la viralización del momento. El video se convirtió rápidamente en tendencia en redes sociales.
Astronomer respondió colocando a Byron y a Cabot en licencia mientras se iniciaba una investigación interna para evaluar la situación. En su declaración oficial, la compañía afirmó que esperaba conductas ejemplares de sus líderes y que su estándar ético no se había cumplido.
Apenas unas horas después, Byron presentó su renuncia al cargo, agradeciendo al consejo directivo, que aceptó su dimisión, y designó al cofundador Pete DeJoy como CEO interino, mientras se inicia la búsqueda de un reemplazo permanente.
Astronomer enfatizó que a pesar del incidente, sus valores, misión y productos de DataOps se mantienen sin cambios. Reiteraron su compromiso con la transparencia y responsabilidad en el manejo de la firma.
La empresa también desmintió comunicados falsos atribuidos a Byron, aclarando que él no había emitido disculpas públicas y que algunas declaraciones eran fabricadas por cuentas apócrifas.
El escándalo ha reavivado el debate sobre la línea entre vida personal y profesional, especialmente cuando se traduce en imágenes virales que pueden impactar la reputación de una empresa emergente valuada en más de mil millones de dólares.
Aunque ni Byron ni Cabot han ofrecido declaraciones propias, el episodio ha generado un intenso escrutinio mediático, incluyendo la reacción de la esposa del CEO, quien habría reducido su perfil en redes sociales.
Este caso destaca cómo un momento captado en pantalla masiva puede tener consecuencias inmediatas en el liderazgo corporativo y plantea nuevas preguntas sobre ética y privacidad en eventos públicos.