Cae “el Pajarraco”, miembro de Guerreros Unidos, vinculado al caso Ayotzinapa
Redacción | V+ Noticias
Almoloya, Hidalgo. Juan Miguel “N”, alias el Pajarraco, presuntamente vinculado con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, fue aprehendido por fuerzas federales en el estado de Hidalgo, como parte de un operativo coordinado del Gabinete de Seguridad del Gobierno de México.
El sujeto arrestado es señalado por su pertenencia a la organización criminal Guerreros Unidos, implicada desde hace una década en el caso que ha marcado a la historia reciente del país.
El individuo enfrenta cargos por delitos contra la salud, delincuencia organizada y desaparición forzada. Su detención se realizó específicamente en la colonia Centro del municipio de Almoloya, gracias a la vigilancia sostenida en los puntos donde usualmente se desplazaba, en particular en la calle Ernesto Viveros Oriente, según lo informado por las autoridades.
El operativo fue posible por la participación de elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Fiscalía General de la República (FGR), la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), la Secretaría de Marina (Semar) y la Guardia Nacional (GN).
Tras su aprehensión, se procedió conforme a los protocolos establecidos por la ley. “A Juan Miguel ‘N’ se le informó el motivo de su detención, se le leyeron sus derechos de ley y fue puesto a disposición del agente del Ministerio Público, quien determinará su situación jurídica”, detallaron autoridades en su comunicado oficial.
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“Ya no los busquen…”
No es la primera vez que Juan Miguel “N” ha sido objeto de procesos judiciales. Fue investigado desde 2014 por la entonces Procuraduría General de la República (PGR), y detenido posteriormente en el año 2018.
Sin embargo, un juez ordenó su liberación apenas a dos semanas de su captura, decisión que frustró entonces los esfuerzos judiciales para esclarecer su grado de involucramiento.
Durante ese breve periodo en que permaneció detenido, rindió testimonio ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). En esa declaración, manifestó que deseaba liberar su conciencia, ya que desde la noche de la desaparición de los normalistas no había logrado conciliar el sueño.
“Ya no los busquen, porque todos murieron al ser incinerados en el basurero de Cocula”, afirmó entonces.
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Una confesión excluida
La versión ofrecida por el detenido nunca fue integrada formalmente en el expediente judicial, dado que la autoridad no obtuvo su declaración. En ese entonces, fue capturado en el municipio de Piedras Negras, Coahuila, pero un juez determinó que el arresto fue irregular, lo que imposibilitó utilizar cualquier testimonio o confesión como prueba válida dentro del procedimiento penal.
El propio Juan Miguel “N” aseguró que no portaba armas de fuego al momento de los hechos ocurridos en 2014, y que su función dentro del grupo delictivo Guerreros Unidos consistía solamente en “cuidar el pueblo”.
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CNDH no se queda callada
A pesar de lo revelador que resultó su testimonio ante la CNDH, este no tuvo consecuencias judiciales. La Comisión Nacional expresó su postura al respecto, rechazando la posibilidad de que esa declaración se empleara como justificación para cerrar nuevas líneas de investigación.
En sus palabras, rechazaron “categóricamente el interés de encubrir ineficiencias y omisiones del pasado y querer cancelar de antemano las nuevas investigaciones, reconstruyendo un escenario contrario a la verdad y la justicia que reclaman los familiares de los 43 normalistas y toda la sociedad”.
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