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Friday 5th September 2025
Anna Wintour se despide de Vogue tras más de tres décadas en el poder fashionista
By Redacción

Anna Wintour se despide de Vogue tras más de tres décadas en el poder fashionista

Redacción | V+ Noticias

Nueva York, Estados Unidos. La renuncia de Anna Wintour como directora editorial de Vogue en Estados Unidos marca un punto de inflexión en la historia de la moda contemporánea, dejando un vacío más significativo que el que provocaría la salida de cualquier diseñador o supermodelo.

Durante más de treinta años, Wintour no solo dirigió una revista, sino que erigió un imperio cultural, fusionando alta costura, celebridad, política y arte bajo su visión estratégica.

Dueña indiscutida del mejor asiento en cualquier desfile, reconocible por su melena perfectamente estructurada y sus inalterables gafas oscuras, “Anna” —como se la conoce universalmente— fue durante décadas el símbolo supremo del poder en la moda.

Su impacto transformó las pasarelas y las portadas en centros de influencia global, extendiendo el poder blando del estilo desde los salones de París hasta los pasillos de Washington.

Wintour, cuya carrera se inició en Londres y despegó en Nueva York tras dirigir Vogue británica en 1985, revolucionó el concepto de portada en la industria al incluir desde actrices y cantantes hasta figuras políticas.

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Su primer número como directora de Vogue estadounidense, en 1988, fue un manifiesto: la modelo Michaela Bercu aparecía en mezclilla desteñida, la primera vez que unos jeans figuraban en la portada de la revista.

Conocida por su gestión implacable y estilo operacional cercano al de un general, tomó decisiones rápidas y exigió excelencia. Su imagen pública, glacial y severa, fue cimentada por la película El diablo viste a la moda, basada en un libro escrito por una exasistente suya, cuyo personaje central se inspiraba ampliamente en ella.

Sin embargo, su vida privada revela a una devota madre, aficionada al arte, brillante conversadora y fanática empedernida del tenis. Su rutina diaria incluía levantarse a las 4:30 de la mañana para jugar una hora antes de un estilizado peinado a las 6:00 horas.

En 2012, su poder fue tal que se rumoreó su posible nombramiento como embajadora de EU en Londres, en reconocimiento a su peso como recaudadora para Barack Obama y Hillary Clinton. Aunque el cargo no se concretó, el hecho de que una editora de moda fuera considerada para un puesto diplomático ilustra la envergadura de su influencia.

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Durante su mandato, la moda dejó de ser un nicho frívolo para transformarse en un eje de poder cultural y económico. Exhibiciones de alta moda como la retrospectiva de Coco Chanel en el V&A de Londres pasaron a integrar la agenda del arte global, y casas como Louis Vuitton apostaron por directores creativos como Pharrell Williams, en una fusión entre lujo, música y cultura pop, fenómeno en gran parte potenciado por la visión de Wintour.

Su legado va más allá de las redacciones y las pasarelas. Como recordó su hija Bee, quien trabaja en el teatro, la lección más importante que su madre quiso inculcarle fue la del compromiso con el trabajo. En una gala de Vogue durante su etapa escolar, pidió a su acompañante que le hiciera preguntas de historia latinoamericana, en vísperas de un examen.

Aunque su salida se dio en medio de las presentaciones de moda masculina, la decisión parece tener otra coordenada: su fidelidad al tenis, deporte por el cual llegó a saltarse la Semana de la Moda de Nueva York si coincidía con el Abierto de Estados Unidos.

Con figuras como Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y Jack Draper en auge, su retiro podría significar la pérdida de Vogue pero la ganancia de Wimbledon.

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  • 26 de junio de 2025