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Friday 22nd November 2024
SHCP: Necesaria, intervención estatal en campo
By Redacción

SHCP: Necesaria, intervención estatal en campo

Redacción | V+ Noticias

Ciudad de México. La intervención del Estado es necesaria en la regulación, rectoría y sinergias en los recursos asignados a los productores del campo, afirmó Rogelio Ramírez de la O, Secretario de Hacienda (SHCP).

Palabras del Dr. Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público, en el 70 aniversario de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) 15 de julio de 2024:

Maestra Victoria Ceja Rodríguez, gobernadora del Banco de México.

Maestro Alan Elizondo, Director General de FIRA.

Amigas y amigos:

Hace casi 70 años, para ser exactos, el 31 de diciembre de 1954, por ministerio de Ley, el gobierno federal decretó la creación del Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura, Ganadería y Avicultura (el Fondo).

Para dar cumplimiento a este decreto, unos meses después, el 24 de junio de 1955, la SHCP y el Banco de México suscribieron el contrato de fideicomiso que daría formal creación a los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (conocidos coloquialmente como el FIRA).

El patrimonio inicial aportado por el gobierno federal ascendió a 100 millones de pesos, a partir de los recursos que entonces integraban el Fondo Nacional de Garantía Agrícola.

Desde entonces y hasta la fecha, aquel patrimonio no solo se ha conservado, se ha acrecentado. Actualmente FIRA está constituido, además del Fondo, por otros tres fideicomisos: el Fondo Especial para Financiamientos Agropecuarios (FEFA, creado en 1965), el Fondo Especial de Asistencia Técnica y Garantía para Créditos Agropecuarios (FEGA, creado en 1972), y finalmente el Fondo de Garantía y Fomento para las Actividades Pesqueras (FOPESCA, creado en 1989).

En su origen, la creación de FIRA respondió a la necesidad de tener un intermediario de fomento que tuviera patrones rigurosos en la canalización de créditos, incorporando la evaluación, supervisión y asesoría técnica en los proyectos financiados, entonces un modelo innovador que ha caracterizado las operaciones financieras de esta organización a lo largo de su historia.

1. Visión de población a alimentar

2. Visión de la necesaria presencia del Estado

3. Micro impulso al productor – visión de oferta

FIRA logró superar la crisis de la deuda e hiperinflación de los 80 ́s, la apertura comercial, la expropiación, privatización y posterior rescate bancario, así como a la crisis alimentaria de 2008- 2010 y la pandemia por COVID-19. Por qué no decirlo, también sobrevivir a la transición

Como ustedes saben, a principios de la década de los 80 el país atravesó por fuertes episodios de desequilibrios fiscales e inestabilidad.

Estos años, se caracterizaron también por un cambio de paradigma en favor de la liberalización económica y una menor participación del Estado en la economía.

El campo nacional no fue ajeno a estos procesos y fue objeto de reformas con las que se esperaba lograr un uso más eficiente de los recursos y la transformación de la producción agropecuaria.

Entre otros, un proceso fue la sustitución de cultivos tradicionales por productos de más alto valor como frutas y hortalizas, y un aumento en las importaciones alimenticias.

El resultado fue heterogéneo: algunos casos de éxito lograron integrarse al mercado internacional con los nuevos productos; sin embargo, en otros casos, significó menor producción, migración y la reducción de productores rurales del país.

Hubo mayor dependencia en la importación de algunos alimentos básicos. La apertura comercial puso a competir a productores nacionales con productos agrícolas del exterior en condiciones de desigualdad mientras se redujeron los apoyos al campo y se limitó la intervención del Estado.

Como resultado, el saldo de la balanza de productos agroalimentarios, pesqueros y agroindustriales se mantuvo deficitaria por cerca de 20 años.

A partir 2019, la actual administración, la soberanía alimentaria retomó un lugar en las políticas en favor del campo. Lo anterior, con una perspectiva de sustentabilidad y desarrollo regional que se preocupa por los pequeños productores y la biodiversidad.

Por ello, se han puesto en marcha programas que revitalizan el campo, promueven la autosuficiencia alimentaria y mejoran las condiciones de vida de los pequeños productores.

Una de las iniciativas es el programa «Sembrando Vida«, que busca reforestar vastas áreas del país mientras se generan empleos y se apoya a los pequeños agricultores.

 El Programa de Producción del Bienestar ha registrado una inversión acumulada 81.5 miles de millones de pesos en el periodo de 2019 a 2024. Para este año, se espera que el programa beneficie a más de 2 millones de productores de pequeña escala de maíz, arroz, frijol, trigo, entre otros.

El programa de Fertilizantes para el Bienestar acumula una inversión de 44.2 miles de millones de pesos en el mismo periodo.

Sería muy largo enumerar en cifras la evolución histórica del FIRA, por lo que, en obvio de tiempo, permítanme sólo mencionar los correspondientes a esta administración:

• De 2019 a 2023, el saldo de cartera de FIRA aumentó de $212,856 millones a $237,038 millones de pesos, que incluyen no sólo fondeo, sino garantías otorgadas y pagadas.

• El 62% del financiamiento agroalimentario total colocado por la banca comercial incluye algún producto o servicio de FIRA, lo que equivale a que 6 de cada 10 pesos otorgados por la banca a este sector, cuentan con el respaldo de FIRA.

• A mayo de 2024 FIRA dispone de red conformada por 135 intermediarios financieros bancarios y no bancarios.

• Se destaca la contribución significativa de 62 SOFOMES, 32 SCAPS, 8 Uniones de Crédito, 6 SOFIPOS y 2 Almacenes Generales de Depósito, los cuales juegan un papel fundamental al ampliar las oportunidades financieras para estos sectores con menos alternativas de financiamiento.

1) Ahora, para el futuro cercano, vemos cinco tareas que debemos afrontar:

1.- La mayor inclusión financiera se ha convertido en un imperativo económico y social ineludible. según el Censo Agropecuario 2022, solo el 6% de las unidades de producción agropecuarias tienen acceso al crédito. De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), escasamente 6% de los municipios catalogados como rurales tienen representación de la banca comercial. En el ámbito rural, son otros intermediarios y, no los bancos, los que han mostrado su interés para ofrecer crédito a pequeños productores rurales.

La brecha es grande por atender y que afecta el potencial de los productores rurales.

El reciente retiro de la Financiera Nacional de Desarrollo es un reto. Hasta 2018, la Financiera y FIRA se complementaban para atender el primer y segundo piso de la demanda de crédito agropecuario.

FIRA es ahora el único organismo de fomento para atender las necesidades de crédito al sector. FIRA contribuyó a una salida ordenada de la Financiera con una estrategia de apertura acelerada de nuevas líneas de crédito, esquemas de garantías de portafolio y fortalecimiento de sus canales de distribución financiera. Esta respuesta, limitada por los tiempos en que se ejecutó; sin embargo, es promisoria.

1. También se ha apoyado el ingreso de los pequeños y medianos productores agropecuarios mediante el programa de Precios de Garantía.

2. En este nuevo contexto, FIRA ha mantenido su compromiso con el campo mexicano y los pequeños productores. Durante 2022 otorgaron cerca de 2.5 millones de créditos, de los cuales el 96.6% fueron destinados a microempresas y empresas familiares.

3. Que estas 7 décadas sean las primeras de muchas más en beneficio de los sectores rural, agropecuario, forestal y pesquero de nuestro país. Muchas gracias.

Sabemos que FIRA ha implementado una estrategia de inclusión financiera con la colaboración de intermediarios financieros especializados en regiones con infraestructura bancaria limitada o inexistente. A pesar de estos logros, sin embargo, la brecha sigue siendo todavía muy amplia.

En lo sucesivo tendremos que trabajar juntos adicionando esfuerzos para rescatar y atender a aquellos intermediarios viables que se quedaron sin crédito a la extinción de la Financiera.

2.- La conservación del medio ambiente es ya una condición obligada el desarrollo económico sustentable.

México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo. De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal, para 2018 se estimaba una tasa anual de deforestación de 166 mil 337 hectáreas. Esto representa más del doble que 17 años atrás, cuando se estimaba una tasa total de 79 mil 677 hectáreas deforestadas.

En términos de conservación de suelo y agua también hay mucho por hacer: el sector agropecuario de México utiliza el 78% del agua extraída. Un porcentaje alto de la contaminación de los cuerpos de agua proviene de las actividades agropecuarias.

En suelos se ha identificado que la mayor degradación del país se debe a la deforestación asociada a cambios de uso del suelo hacia actividades agropecuarias.

Los fideicomisos han participado en la emisión de Bonos Verdes y Sociales por un total de $27,301 millones de pesos. El 15.6% del saldo total de la cartera de FIRA son proyectos catalogados con estos principios. Estas acciones -aunque positivas, son aún insuficientes. El desafió todavía es gigante.

3.- El entorno climático y comercial cada vez más incierto generará una mayor fragilidad de en la rentabilidad del campo.

Hoy el sistema alimentario mundial es más vulnerable y susceptible a episodios extremos de volatilidad de precios. Eventos geográficamente lejanos pueden propagarse a los mercados nacionales mucho más rápido que antes.

La mayor vulnerabilidad está siendo ocasionada por un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, así como la volatilidad de los tipos de cambio y las escaldadas de tasas de interés.

A fin de afrontar la volatilidad a corto plazo FIRA tendrá que invertir cada vez más en la contratación de esquemas derivados en el mercado de productos básicos para balancear su cartera de riesgos, tales como coberturas de precios en el mercado de futuros y esquemas eficientes y menos costosos de seguros agropecuarios.

El reto -no fácil de lograr, de estos esquemas de administración de riesgos, es que disminuyan el riesgo percibido por los intermediarios financieros, pero aún más que beneficien de manera directa a los productores, ya que la volatilidad impacta directo los márgenes esperados, su rentabilidad y capacidad de pago y por lo tanto la decisión de producir o no.

En el mismo concierto, los esquemas del servicio de garantías que actualmente se ofrecen deberán revisarse a fin de que –sin afectar el patrimonio de la institución, puedan elevar su atractivo y ser más funcionales en su marco de operación.

Esquemas diferenciados y enfocados por sectores y grupos de cultivos, zonas de producción, y un alineamiento virtuoso con la política púbica agropecuaria del gobierno sería una ruta posible para seguir.

4. Asistencia técnica, capacitación y extensionismo más efectivo para elevar la productividad y sustentabilidad ambiental.

La asistencia técnica y la capacitación rural, en conjunto, son el bien público por excelencia.

Hoy el extensionismo rural tradicional (en persona) ha mostrado limitantes en impacto y efectividad.

Hoy, el extensionismo rural digital vía la telefonía móvil de bajo costo abre oportunidades tecnológicas que mejoran en el transcurso del tiempo.

Asimismo, el poder de estos servicios alcanza para contribuir a la sustentabilidad de suelo y agua que se han convertido en bienes escasos obligados a proteger a toda costa.

FIRA puede lograr un cambio substancial en este sentido, pues cuenta con 5 centros de desarrollo tecnológico de gran prestigio, y es sabido que los servicios de asistencia técnica y capacitación respaldados por FIRA han contribuido a dinamizar el proceso de adopción de nuevas tecnologías y mejores prácticas.

5.- El crédito rural tendrá un rol más fuerte en la política pública de impulso al campo: por lo que una mayor coordinación interinstitucional será clave para lograrlo.

Una tendencia internacional es que cada vez más los apoyos de fomento público al campo deben ser canalizados a través del crédito y de instrumentos de administración de riesgos. Las razones que lo han motivado son, que los subsidios canalizados por estas vías son menos distorsionantes de los mercados y más efectivos para lograr resultados productivos.

La pandemia del COVID-19 nos recordó a todos que la producción de alimentos, junto con la salud, son dos sectores esenciales. Durante la pandemia, la actividad agropecuaria funcionó como sector contra-cíclico que le dio soporte a la actividad económica. No sólo en México sino en el mundo entero. Esta fue una gran llamada de atención para el mundo.

Fue fundamental mantener el flujo continuo de financiamiento al sector. En el caso de México, FIRA reaccionó con prontitud al canalizar $117.8 mil millones de pesos adicionales, que facilitaron para reestructuras de créditos y nuevos financiamientos que fueron vitales para la estabilidad financiera de pequeños productores y empresas en momentos críticos.

De ahí la importancia de que la política de financiamiento al campo esté mejor articulada y coordinada con la de la política para el campo.

Un buen ejemplo es el caso del FONAGA. De la mano y por aportación de la Secretaría de Agricultura, FIRA administra el Fondo Nacional de Garantía de los Sectores Agropecuario, Forestal, Pesquero y Rural (FONAGA), que consiste en una bolsa de poco más de 5 mil millones de pesos para otorgar garantías a primeras pérdidas para pequeños y medianos productores. Con este mismo fin se avanzó en la constitución de fondos de garantía con 22 gobiernos estatales.

Unas reflexiones finales:

Ha sido un largo recorrido de 70 años, la tarea, pero, debemos seguir adelante. El futuro para FIRA seguirá siendo de retos y reflexiones. Diseñar modelos que funcionen para llevar crédito al campo no es una tarea fácil en todo el mundo. Por fortuna, y ante la complejidad de éstos, contamos con más herramientas a nuestro alcance que en el pasado.

Las nuevas tecnologías financieras, el internet de las cosas y la nueva era de la información están disponibles ahí para hacer varias tareas posible.

La Secretaría de Hacienda, para los próximos años, tendrá un rol más proactivo en el trabajo para alcanzar estos retos de inclusión financiera, sustentabilidad y fortalecimiento del sector para afrontar choques. El enfoque será el de una mayor coordinación interinstitucional con la Secretaría de Agricultura y el aporte crucial del Banco de México.

Estoy cierto de que FIRA estará preparada para superar estos desafíos, pues cuenta con disposición y la experiencia técnica. Así lo ha demostrado en estos largos 70 años.

Con seguridad, nuestro invitado de hoy, el laureado Dr. Michael Kramer, tiene mucho que decirnos sobre este futuro prometedor.

Los invito a escucharlo con interés.

Gracias a todos ustedes por su presencia,

Una felicitación a los funcionarios de FIRA, de hoy y antes,

Todos ellos merecen nuestra felicitación por haberlo hecho posible. ¡Enhorabuena!

A la autonomía del Banco de México que en algún momento titubeó en seguir realizando la importante la invaluable responsabilidad fiduciaria desempeñada hasta ahora.

La institución destaca entonces por su gran capacidad para adaptarse y sortear la cambiante economía del país. Si bien no ha estado exenta de etapas sinuosas, es un caso victorioso en la historia del crédito de segundo piso especializado en el sector agropecuario; un ejemplo poco común en su tipo, incluso, emulado en otras partes del mundo.

Cuando se creó el FONDO, en la década de los 50 ́s, el sector agropecuario tenía una importancia relativa que lo convertía en parte sustantiva de la economía del país: abarcaba casi dos terceras partes de la población económicamente activa y su participación promedio en el PIB era de 20%.

Hoy en día el campo mexicano muestra una faceta diferente: respecto de aquellos años, la participación de éste en el PIB se ha reducido al 3-4% anual, pero al mismo tiempo dio sustento al crecimiento de un sector agroindustrial importante, con enormes vínculos en el sector de los servicios relacionados con la provisión de alimentos. Hoy, el PIB alimentario (que incluye el primario, más la agroindustria y los servicios relacionados) es de alrededor del 10% del total.

También, aunque menor, respecto de hace 70 años, su participación en el empleo mantiene un peso relativo relevante: 11% de la población ocupada lo hace en actividades agropecuarias, en tanto que todavía el 27% de nuestra población habita comunidades rurales de menos de 5,000 habitantes.

El sector también ha logrado consolidar una oferta de productos frescos y procesados con ventajas competitivas y comparativas respecto de nuestros socios comerciales: al cierre de 2023, las exportaciones agroalimentarias de México rompieron un nuevo récord, al llegar 51,874 millones de dólares, un aumento de 3.9 % en comparación con 2022.

Este nuevo rostro de sector agroalimentario ha moldeado la cartera de FIRA, al día de hoy, fondea y da garantías no solo al sector primario, también atiende demandas a lo largo de la cadena de valor, incluso en el rubro de actividades rurales no agropecuarias.

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  • 15 de julio de 2024