Matizan expertos pacto de la COP28
Santiago Aguileta Ibarra | Agencia Reforma
Ciudad de México. La cumbre climática de la ONU, la COP28, cerró con un acuerdo «histórico», según sus organizadores, para transicionar a un mundo sin combustibles fósiles; sin embargo, organismos defensores del medio ambiente y especialistas señalaron que faltó una hoja de ruta que diga cómo lograrlo.
El pacto alcanzado en Dubái fue posible tras dos semanas de reñidas negociaciones.
Más de un centenar de naciones habían presionado para que el acuerdo de la COP28 incluyera un lenguaje contundente sobre la «eliminación gradual» del uso del petróleo, el gas y el carbón, pero durante la conferencia se encontraron con la oposición del grupo de productores de petróleo OPEP, liderado por Arabia Saudí.
La resolución adoptada en la cumbre, que no es vinculante, pide a los países «acelerar la transición para alejarse de los combustibles fósiles», a fin de lograr cero emisiones netas para 2050, triplicar la energía renovable para 2030 (y duplicar la eficiencia energética) e invertir en tecnologías como «captura y almacenamiento de carbono» para reducir emisiones de CO2.
«Definitivamente, no es suficiente, pero es un comienzo«, indicó Rodrigo Aguilar Benignos, analista internacional, quien ha participado en varias COP y estuvo como observador del proceso en Dubái.
«El diablo está en los detalles, pues esta visión no viene acompañada con una ruta clara sobre cómo lograr estos objetivos, dejándolo a discreción de cada país. Además de que no establece una meta clara en términos de tiempos y cantidades».
Para Gustavo Alanis, presidente ejecutivo de Cemda, el acuerdo no necesariamente es histórico, como dijeron los organizadores de la COP.
«Depende del ángulo o del sector en que lo veas. Obviamente, para los países industrializados, petroleros, es una excelente noticia. Lo que estaba en juego es que pudiera haberse pactado con esas palabras una desaparición total de los combustibles fósiles, lo cual, al final del día, no sucedió, por estos distintos intereses de las naciones para efectos de poder seguir manejando sus economías, crecimiento y desarrollo con base en los combustibles fósiles», apuntó.
«Entonces, no necesariamente es un acuerdo histórico, porque además ese tema de la transición es algo que se ha venido discutiendo en las COP desde hace mucho tiempo. Hemos estado hablando de la transición energética justa por mucho tiempo».
A decir de Alanis, quien asistió a la cumbre en Dubái, parte de lo positivo es el lenguaje usado en la resolución, al aceptar que se necesita un camino opuesto al de los combustibles fósiles.
«(Aunque) al mismo tiempo hay que decir que no se dice con qué recursos, políticas, acciones o con qué leyes se logrará. Eso hay que cuestionarlo; porque, obviamente, requiere dinero, voluntad política, y es algo que no está presente. Entonces, nos vamos a quedar en puro bla, bla, bla», señaló.
Lázaro Benavides Lozano, quien participó en operación COP –un programa para integrar la perspectiva de las juventudes latinoamericanas en la toma de decisiones de la conferencia de la ONU–, manifestó que, pese a no haberse establecido un camino claro para lograr los objetivos de la resolución, no todo es malo.
«En general, los resultados puede que sean insuficientes para lo que necesita el mundo actualmente, pero no son negativos. En el balance global, fue muy interesante que, por primera vez, incluyó una frase que habla de la transición hacia otros combustibles, y dejar atrás los fósiles. El hecho de que se hayan incluido las palabras ‘combustibles fósiles‘ es muy relevante; ni siquiera el Acuerdo climático de París dice ‘combustibles fósiles'», explicó el joven de 25 años, tesista de Derecho de la UNAM.
Para algunos, lo preocupante de la resolución de la COP28 es que apunta hasta 2050, cuando en la actualidad ya se aprecian algunas problemáticas a causa del calentamiento global, como tormentas más fuertes y un calor más intenso.
«No es tarde aún, pero la ventana de oportunidad se está cerrando pronto. Es por ello que el mismo texto menciona que la siguiente década será crítica«, agregó Aguilar.
«Los efectos del cambio climático ya no son sólo una predicción, sino una realidad que incluso ya comienza a ser devastadora para muchas personas y países; especialmente, aquellos que enfrentan carencias históricas, como son la pobreza y marginación«.
Alanis subrayó que, para lograr verdaderos avances, se necesitan compromisos vinculantes y medibles, así como la implementación de un cronograma más concreto.
Sobre México, el presidente ejecutivo de Cemda advirtió de una falta de políticas para combatir el cambio climático.
«No sabemos cómo México va a poder cumplir con la resolución, sobre todo en una Administración que ha estado apostando por el carbón, petróleo, gas, combustóleo», lamentó.
«Por ejemplo, México el año pasado puso como medidas de mitigación climática al Tren Maya y Sembrando Vida, lo cual es ‘green washing‘ (lavado de imagen verde), porque cómo vas a pensar que el Tren Maya es una medida cuando han destruido parte de la selva. Tenemos que pensar en medidas que se vayan a cumplir».
Piden cambios a cumbre
Lázaro Benavides Lozano, remarcó la necesidad para realizarle ajustes a la cumbre climática de la ONU, a fin de lograr mayores avances y financiación.
«La convención tiene un problema estructural que es la división que está presente en los anexos que dividen a los países desarrollados de los que están en desarrollo», explicó.
«Lo que hacen estos anexos es que le cargan toda la responsabilidad a Europa y EU, que sí la tienen, porque históricamente son los que más han contribuido a las emisiones, pero la división es un poco vieja».
El ajuste, apuntó, permitiría redefinir cuáles van a ser las responsabilidades de cada país.
«Por ejemplo, hay países como China, India, los Estados árabes, que tienen mucho dinero y recursos, pero de acuerdo con esta división son naciones en desarrollo. Entonces, para mí es muy difícil poner en la misma categoría a China y a las Islas Fiyi como países en desarrollo», mencionó.