Caifanes ofrece una noche de algarabía y nostalgia en el Palacio de los Deportes
Ciudad de México, 6 de diciembre de 2025. La legendaria banda Caifanes logró reunir a unas 22 mil personas este viernes en el inicio de su residencia de conciertos en el Palacio de los Deportes, en la primera de cinco fechas programadas durante diciembre en ese recinto.
La velada comenzó alrededor de las 21:00 horas y, con un escenario rotatorio de 360 grados, pantallas gigantes y una producción visual imponente, el público vivió un espectáculo que transformó el domo en un ritual colectivo lleno de luces, gritos y emoción.
El concierto arrancó con uno de sus éxitos emblemáticos, y desde los primeros acordes miles de voces se unieron en un coro cantarín, que poco a poco envolvió todo el recinto. Temas clásicos como “Aquí no es así”, “Para que no digas que no pienso en ti”, “Detrás de ti”, “Detrás de los cerros” y “Miedo” recorrieron generaciones, provocando saltos y bailes uniformes desde la pista hasta las gradas.
Durante la noche, el vocalista Saúl Hernández dedicó un momento al reconocimiento de las mujeres y a la lucha por sus derechos. El grupo rindió homenaje en escena a figuras como escritoras, artistas y activistas, y proyectaron imágenes con mensajes feministas, mientras interpretaban “Viaje astral” y coreaban consignas contra la violencia de género.
La atmósfera osciló entre lo nostálgico y lo combativo, combinando canciones de amor, desamor, existencialismo y protesta con un acento social que hizo del concierto más que una presentación musical: un acto de comunión generacional.
El público, diverso en edades y generaciones, respondió con fervor. Familias, parejas, jóvenes y adultos corearon las letras que marcaron su vida, muchos vistiendo playeras, sudaderas y paliacates con el logo del grupo, como si la noche demandara un uniforme simbólico de identidad y pertenencia.
Para cerrar, Caifanes desplegó un final poderoso con himnos como “Mátenme porque me muero”, “Nubes”, “Viento”, “No dejes que” y “Afuera”, coronando una velada intensa, emotiva y eufórica. La salida del recinto se dio entre aplausos, abrazos y un eco de voces que seguía cantando mucho después de que se apagaron las luces.