Violentos disturbios marcan la despedida de Flamengo rumbo a la final de la Libertadores

Río de Janeiro, 27 de noviembre de 2025. Una caravana multitudinaria de seguidores de Flamengo terminó en enfrentamientos entre hinchas y policías en los accesos al aeropuerto internacional Galeão, tras el intento de acompañar al equipo a su vuelo rumbo a Lima, donde disputará la final de Copa Libertadores. 

Durante el trayecto, miles de aficionados rodearon los autobuses del plantel, algunos incluso treparon al techo de los vehículos, y varios lograron ingresar por ahí al interior, en una maniobra caótica y peligrosa.

La reacción policial no se hizo esperar: oficiales repelieron a la multitud con gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras, lo que derivó en lesiones, golpes, y situaciones de pánico entre quienes participaban en la caravana. 

Al menos un hincha resultó con una herida en el rostro, mientras otros sufrieron contusiones; también se registraron algunas detenciones, aunque hasta ahora no se ha difundido un balance oficial sobre daños mayores o arrestos masivos. 

El incidente no pasó desapercibido —jugadores del club lo documentaron en redes sociales—, provocando críticas hacia la falta de control en el evento, la logística de traslado del equipo y cuestionamientos sobre la seguridad de los jugadores y aficionados. 

El episodio revive una antigua preocupación del fútbol sudamericano: la del límite entre la pasión de los hinchas y el riesgo real de violencia. Especialistas advierten que “la fiesta” no puede convertirse en una amenaza para la integridad de personas ni patrimonio colectivo.

Mientras tanto, las autoridades de Río de Janeiro prometieron revisar los protocolos de seguridad en movilizaciones de aficionados, especialmente en ocasiones de alto riesgo como finales internacionales, aunque muchos piden acciones más contundentes y permanentes.