Sheinbaum critica al PAN por buscar intervención de EE.UU. tras marcha Gen Z
Ciudad de México; 26 de noviembre de 2025. Claudia Sheinbaum cuestionó esta mañana la decisión del PAN de llevar ante instancias internacionales en Estados Unidos las denuncias por presunta represión en la marcha de la Generación Z, realizada el 15 de noviembre, cuyo desarrollo derivó en hechos violentos.
La mandataria insistió en que los agresores que protagonizaron la violencia no eran jóvenes, como se afirmó en la convocatoria, sino “simpatizantes adultos” vinculados con la oposición, y sostuvo que su gobierno está obligado a investigar a quienes provocaron los disturbios.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum condenó los actos violentos y propuso que en lugar de buscar atención internacional, se recurra a las autoridades nacionales —especialmente la Fiscalía de la Ciudad de México— para deslindar responsabilidades y garantizar justicia.
La presidenta también reprochó que desde el PAN se pretenda utilizar la movilización para “tapar con denuncias internacionales” lo que consideró una provocación política, a fin de deslegitimar al gobierno y generar una narrativa de conflicto.
Sheinbaum pidió reflexionar sobre quiénes realmente convocaron la marcha y qué intereses persiguen, y enfatizó que su gobierno no caerá en “provocaciones” que busquen meter al país en una crisis mediática.
Al respecto, reiteró su condena a la violencia y su rechazo a la “represión”: advirtió que las movilizaciones legítimas deben mantenerse dentro de la legalidad, pero que los actos de violencia deben investigarse y sancionarse, sin necesidad de acudir al extranjero para hacerlo.
El pronunciamiento ocurre en un contexto de tensión política, donde la oposición —encabezada por el PAN— busca visibilizar lo ocurrido y presentarlo como una cuestión de derechos humanos ante organismos internacionales. Sheinbaum respondió que esas acciones buscan “deslegitimar la transformación” a la que llama su gobierno.
Finalmente, la presidenta volvió a afirmar que su gobierno está a favor de la manifestación pacífica y de las protestas como formas de expresión, pero advirtió que no permitirá que actos violentos —y los intentos de internacionalizarlos— se conviertan en herramientas para desestabilizar al país.