Astronautas chinos varados en el espacio sin fecha de regreso tras chocar su nave
Ciudad de México, 8 de noviembre de 2025. Tres astronautas chinos de la misión Shenzhou-20 —Chen Dong, Chen Zhongrui y Wang Jie— permanecen en la estación espacial Tiangong luego de que su cápsula de reentrada sufriera la posible colisión con un fragmento de basura orbital, lo que obligó a aplazar su retorno previsto.
La agencia espacial china China Manned Space Agency (CMSA) indicó que el impacto aún no ha sido plenamente evaluado, por lo que se activaron protocolos de inspección técnica para verificar si la cápsula está en condiciones seguras para el reingreso, antes de fijar una nueva fecha de regreso.
La nave estaba programada para regresar el 5 de noviembre al Desierto de Gobi, tras completar su estancia de aproximadamente seis meses en la órbita terrestre. Sin embargo, la detección del incidente provocó que la tripulación permanezca en órbita mientras ingenieros en tierra analizan el grado de daño.
En paralelo, la estación Tiangong acoge ya a la tripulación de relevo —la misión Shenzhou-21— que arribó el 31 de octubre, lo cual mantiene en simultáneo a dos equipos trabajando en la infraestructura orbital mientras se resuelve el futuro retorno de los primeros.
La situación encarna una complicación para la estrategia espacial china: mantener al equipo más allá del tiempo previsto implica mayores recursos, logística y riesgos, y constituye una señal de lo que puede derivar de la acumulación de fragmentos orbitales y la vulnerabilidad ante desechos espaciales.
Fuentes especializadas advierten que aunque el impacto pudo haber sido menor, la prudencia de la CMSA al no revelar fecha de regreso evidencia que la prioridad es garantizar la seguridad del reingreso y evitar una crisis pública en caso de falla de la cápsula.
La prolongación de la estancia orbital no sólo implica un reto técnico, sino también humano: la tripulación tendrá que adaptar sus rutinas de trabajo, alimentación y descanso mientras se define la nueva ventana de retorno, lo que pone a prueba la resiliencia de los taikonautas.