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Wednesday 27th August 2025
Comida chatarra captura paladares de niños
By Redacción DP

Comida chatarra captura paladares de niños

Ciudad de México, 24 de agosto de 2025. La industria de los productos ultraprocesados ha logrado una penetración significativa en la dieta infantil mexicana, afectando negativamente la salud de los menores. Estos productos, caracterizados por altos contenidos de azúcares, sodio y grasas saturadas, han sido diseñados para ser altamente palatables, lo que genera una preferencia por sabores intensos en los niños. Esta preferencia dificulta el consumo de alimentos naturales como frutas, verduras y cereales integrales. 

Especialistas en nutrición infantil señalan que la industria de los ultraprocesados no tiene un compromiso con la salud, sino con el negocio. Han debilitado y se han opuesto a la aplicación de políticas públicas en beneficio de la salud de niñas, niños y adolescentes. Además, su participación en el diseño y aplicación de políticas alimentarias representa un riesgo de conflicto de intereses, según alertan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

Ante la implementación en marzo de nuevos lineamientos que prohíben la venta y publicidad de productos ultraprocesados en las escuelas, la industria ha buscado mecanismos alternativos para mantener su presencia en estos espacios. Entre las estrategias utilizadas se encuentran la “donación” de básculas, obsequio de lentes para los alumnos y la promoción de programas deportivos como el Torneo Nacional de Fútbol Escolar. Estas acciones buscan asociar la marca con actividades positivas y mantener la conexión con los niños. 

En México, una de cada tres niñas, niños y adolescentes enfrenta sobrepeso u obesidad, condiciones estrechamente vinculadas al cambio de dieta en este sector de la población. El estudio “Situación nutricional de la población en México durante los últimos 120 años”, elaborado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), revela que la alimentación de los mexicanos ha sufrido transformaciones profundas y radicales desde la década de los 80. Esta transición alimentaria ha dado origen a la triple carga de la nutrición: coexistencia de la desnutrición, deficiencia de micronutrientes y obesidad con sus comorbilidades. 

La industria de los ultraprocesados es poderosa y millonaria. Las 39 empresas más importantes del ramo, la mayoría multinacionales, alcanzaron en 2023 ganancias por más de un billón y medio de pesos, lo que representa el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Su presencia llega al total de los hogares mexicanos, los cuales destinan el 34% de su presupuesto familiar en la compra de sus marcas. 

Empresas como Barcel, Bimbo, La Costeña, Grupo Alpura, Danone, Herdez, Lala, Maseca, PepsiCo, Nestlé, Unilever de México, Femsa, e incluso marcas de juguetes como Mattel, forman parte de este conglomerado que lidera las preferencias de consumo en el país. 

Los productos ultraprocesados no solo afectan la salud por su contenido en azúcares, sales y grasas trans, sino que también son adictivos. Son hiperpalatables, es decir, tienen sabores muy intensos, lo que genera que cuando los niños prueban alimentos naturales, estos ya no les resulten sabrosos. Esto lleva a una preferencia por alimentos con altos contenidos de sal o azúcar. Además, contienen propiedades similares a la adicción, lo que genera que los niños consuman más productos y bebidas azucaradas, aumentando su ingesta calórica.

La transformación de los hábitos alimenticios requiere no solo de voluntad, sino de acceso a la información y a la investigación. De lo contrario, la industria encontrará formas de neutralizar las políticas públicas implementadas. Aunque se han logrado avances con el etiquetado de advertencia, las empresas han intentado eludir estas regulaciones. Por ejemplo, están descomponiendo la lactosa con una enzima denominada lactasa que aumenta el dulzor de los productos lácteos, permitiendo que estos productos no incluyan sellos de advertencia, pero siguen siendo extremadamente dulces. 

El proceso de aceptación de los productos ultraprocesados comienza desde el hogar, donde se fortalecen no solo las prácticas conductuales, sino también las creencias y esquemas de que si se consume comida chatarra está bien y se pone contento.

El poder de esta industria se debe a la aceptación y fuerte consumo por gran parte de la población, a la diversificación de sus productos y a la constante participación y cabildeo de las empresas para seguir presentes en varios espacios.

Un estudio publicado en la revista The Lancet en noviembre de 2023 expone el conflicto continuo entre la equidad en salud y los intereses comerciales, señalando que actores comerciales cada vez más poderosos pueden moldear el sistema político y económico en su propio interés, mientras que los costos del daño causado por la elaboración y consumo de estos productos son soportados en gran medida por los estados, las familias y las personas afectadas.

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  • 24 de agosto de 2025