
Colombia, sacudida por doble atentado que deja al menos 18 muertos
Ciudad de México, 22 de agosto de 2025. Dos ataques simultáneos estremecieron a Colombia el jueves: un helicóptero Black Hawk de la Policía Nacional fue derribado en Antioquia después de un ataque con dron, mientras que en Cali explotó un camión bomba cerca de una base militar aérea, dejando al menos dieciocho personas sin vida y decenas de heridos.
El vehículo cargado de explosivos estalló alrededor de las 15:00 horas en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez de Cali. El saldo preliminar reportó seis fallecidos y aproximadamente 71 heridos, varios de ellos graves, y un cuadro de destrucción visible en los alrededores.
Horas antes, un helicóptero UH-60 Black Hawk que participaba en una operación de erradicación de cultivos ilícitos fue atacado por un dron en Amalfi, Antioquia. El impacto provocó su caída y la muerte de doce efectivos policiales, mientras otras ocho personas resultaron lesionadas.
El presidente Gustavo Petro responsabilizó por estos ataques a disidencias de las antiguas FARC que rechazaron el acuerdo de paz de 2016. Además, anunció el decreto de una conmoción interior por 90 días, con el propósito de restaurar el orden público y fortalecer las medidas de seguridad.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una recompensa de hasta 200 millones de pesos colombianos (unos 49 500 dólares) por información que permita anticipar y prevenir futuros atentados, y demandó que líderes de los grupos disidentes involucrados sean llevados ante la Corte Penal Internacional.
Las imágenes captadas tras los ataques mostraron coches convertidos en escombros, viviendas dañadas y civiles desplazados por la explosión. En Antioquia se registró una columna de humo negro emanando desde la zona montañosa donde cayó el helicóptero.
Este tipo de atentados constituye una escalada significativa en Colombia, que ha visto un aumento en el uso de drones como arma por parte de grupos armados. Estos avances tecnológicos permiten ataques precisos y letales, complicando la capacidad del Estado para responder.