Talibanes exhiben reliquias de atentados suicidas en museo dentro de mezquita en Afganistán
Mazar-i-Sharif, Afganistán, 14 de agosto de 2025. En el interior del santuario de la Mezquita Azul, en Mazar-i-Sharif, se ha abierto un museo denominado “Victoria”, donde las autoridades talibanes exponen objetos utilizados en atentados suicidas, con la finalidad de rendir tributo a quienes denominaron “mártires”. Entre los artefactos en exhibición figura desde mochilas explosivas y barriles de explosivos improvisados hasta armas como AK-47 y RPG, dispuestos junto a ejemplares antiguos del Corán y monedas históricas.
Los objetos están colocados dentro de vitrinas en una sala del complejo. Entre ellos destaca un barril amarillo, característico de los explosivos improvisados utilizados por los agresores. Estas piezas forman parte de una narrativa construida por el régimen, que aprende la guerra contra la ocupación estadounidense como motivo justificante para conservar los instrumentos violentos.
El gobernador provincial, Yousuf Wafa, respaldó la instalación del museo, argumentando que los artefactos “desempeñaron un papel crucial en la victoria contra la ocupación estadounidense y deben preservarse para generaciones futuras”. Esta lógica instrumentaliza símbolos de muerte como elementos de legitimación política y militar.
Expertos y residentes locales han criticado duramente la exhibición, denunciando que glorifica el terrorismo y cultiva una cultura del miedo y del culto al martirio. Según KabulNow, estas exhibiciones podrían normalizar la violencia e impactar negativamente en la memoria colectiva.
Desde la apertura del museo, la afluencia de visitantes al complejo religioso ha disminuido drásticamente. Instituciones educativas y culturales han suspendido sus recorridos por el lugar, ante el temor de exponer a niños y jóvenes a objetos de violencia explícita.
No solo se trata de un acto simbólico, sino de una política de recuerdo que remodela la función religiosa del espacio. Además, se tiene previsto el establecimiento de nuevos museos similares, incluyendo uno denominado de “Yihad” en Kabul, lo que sugiere una expansión del relato oficial.
El uso político del museo refuerza la percepción de que el régimen busca legitimar su poder mediante la veneración de acciones violentas, en vez de promover la reconciliación nacional o el respeto a la memoria de las víctimas civiles.