
Árbitra Katia Itzel García denuncia amenazas y ciberacoso tras pitar en la Leagues Cup
Ciudad de México, 3 de agosto de 2025. La árbitra mexicana Katia Itzel García, quien dirigió el encuentro entre Rayados de Monterrey y FC Cincinnati en la Leagues Cup, denunció públicamente el acoso digital y amenazas de muerte que recibió tras el partido, especialmente mensajes violentos y ofensivos atribuidos a supuestos aficionados que la responsabilizaron por la derrota del equipo regiomontano.
García compartió en sus redes que recibió mensajes como “Te vas a morir” o advertencias de “disolverte en ácido”, escritos desde cuentas ya eliminadas y sin fotografías de perfil, dirigidos a intimidarla después de su participación en el torneo.
La Federación Mexicana de Fútbol (FMF), a través de su Comisión de Árbitros, emitió un comunicado en el que condenó enérgicamente estas conductas, reafirmó su respaldo a la jueza y anunció que la apoyará legalmente ante las autoridades correspondientes.
En su defensa, la FMF recordó que García es árbitra con acreditación FIFA y una de las primeras mujeres en dirigir un partido de Liga MX en las últimas dos décadas. Su participación en torneos recientes como la Copa Oro y la Leagues Cup la sitúan entre los perfiles mejor calificados por la confederación.
La árbitra aprovechó su declaración para señalar que en México se registra un promedio diario de diez mujeres asesinadas, por lo cual no se puede normalizar la violencia ni en el ámbito digital ni en el deportivo. Rechazó categóricamente cualquier forma de intimidación.
Diversas organizaciones, incluido ONU Mujeres México, hicieron un llamado público al respeto y recordaron la existencia de un marco normativo robusto que protege a las mujeres frente a la violencia en entornos digitales y laborales.
El caso abre la reflexión sobre la seguridad que enfrentan los árbitros, especialmente mujeres, en competencias internacionales, y pone en evidencia el impacto negativo que puede tener la intolerancia exacerbada en redes sociales.
El episodio también plantea la urgencia de promover campañas de tolerancia y educación deportiva, así como políticas efectivas de protección a quienes participan en el deporte desde el rol arbitrales, bajo el principio de que la pasión del fútbol no justifica la violencia ni las amenazas.