
Un niño evade la seguridad y abraza al Papa León XIV en audiencia privada
En una audiencia privada realizada el 7 de junio en el Palacio Apostólico del Vaticano, un niño logró eludir el esquema de vigilancia para lanzarse hacia los brazos del Papa León XIV. La espontánea escena ocurrió en el Aula Ducal, sorprendiendo tanto al pontífice como a los asistentes, quienes vivieron un instante de gran emotividad.
El pequeño, que había sido invitado junto a su familia—cuyo padre pertenece al cuerpo de los Carabineros en Roma—no hizo caso de las formas protocolarias y caminó directamente hacia el Papa, ignorando la formalidad que caracteriza estas ceremonias. Su actitud natural y desenfadada rompió el silencio solemne reinante y atrajo todas las miradas.
León XIV respondió con ternura: se arrodilló para estar al nivel del menor, lo abrazó y le dedicó una amplia sonrisa. El gesto fue captado tanto por fotógrafos como por testigos, generando un emotivo contraste entre la rigidez institucional y la inocencia de un niño desinhibido.
El padre Bruno Silvestrini, custodio del Sagrario Apostólico, destacó la pureza del momento, señalando que el niño “parecía estar en su propio mundo, sin prestarle atención a la solemnidad del evento”.
El abrazo, breve pero significativo, evocó la esencia de la enseñanza cristiana sobre la sencillez y la humildad del espíritu.
El incidente rápidamente se volvió viral en diversos medios religiosos y redes sociales, resonando como un símbolo del estilo pastoral del Papa León XIV, quien ha priorizado la cercanía, la accesibilidad y el contacto directo, especialmente con los más pequeños. Ciertamente, entidades y fieles ven en este pequeño gesto un recordatorio del mensaje central del Evangelio: acoger con corazón abierto y puro.