Planta nuclear de Fukushima verterá agua contaminada al Pacífico este jueves
La nucleoeléctrica Daiichi, en Fukushima, se prepara para un paso crucial en el proceso de cierre, con el inicio del vertido de agua contaminada, tratada y diluida al océano Pacífico a partir del jueves.
La compañía operadora, Tokyo Electric Power Company (Tepco), ha completado los preparativos y las mediciones de los niveles de tritio en el agua tratada, que es el único isótopo radiactivo no eliminable por los métodos actuales. Aunque la concentración se ha reducido a menos de una cuadragésima parte de los estándares salubres nacionales, el líquido tratado se diluirá aún más antes de la descarga.
El proceso implica el flujo del agua tratada a través de un túnel subterráneo de un kilómetro hasta las aguas del Pacífico.
«Monitorizaremos continuamente el tritio durante la descarga. Hacemos lo posible para evitar errores«, declaró Junichi Suzuki, quien está a cargo del proceso. En tanto, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Agencia de Energía Atómica de Japón también supervisan la concentración radiactiva del agua para garantizar la seguridad.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dio su aprobación final para el vertido, después de más de un año de deliberaciones y evaluaciones del OIEA. La medida es necesaria para el progreso del desmantelamiento de la central y la recuperación de la prefectura de Fukushima; sin embargo, la industria pesquera japonesa y colectivos en países vecinos como Corea del Sur y China han expresado preocupación por la reputación y seguridad de los productos del mar japoneses.
El agua residual de Fukushima es una combinación de agua contaminada durante el enfriamiento de los reactores dañados y el combustible fundido tras el desastre de 2011. A pesar del exhaustivo procesamiento para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos, el almacenamiento en tanques alcanza su límite. Hasta finales de julio, se almacenaban alrededor de 1.34 millones de toneladas, cerca del 98 por ciento de la capacidad máxima.
Tepco argumenta que el vertido es la opción más recomendable, ya que aumentar el número de tanques interferiría con el desmantelamiento de la central. El proceso de vertido se extenderá durante tres o más décadas en paralelo al desmantelamiento.
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