Israel cierra paso clave para la ayuda humanitaria hacia el norte de Gaza
Redacción | V+ Noticias
Jerusalén, Israel. El Gobierno de Israel cerró los pasos de acceso al norte de la Franja de Gaza, eliminando la ruta más directa para el ingreso de ayuda humanitaria destinada a cientos de miles de personas que enfrentan riesgo extremo de hambruna, mientras continúan los bombardeos y ataques de artillería que, según autoridades palestinas, provocaron decenas de muertes más este jueves.
La decisión de cerrar el cruce de Zikim, paso que había facilitado el transporte de trigo y productos esenciales directamente hacia las zonas más necesitadas, se justificó por parte de Israel como una medida para evitar que Hamás se apodere del suministro.
La clausura ocurre en un momento en que la atención internacional comienza a desplazarse nuevamente hacia la crisis humanitaria en Gaza, tras el breve episodio bélico entre Israel e Irán.
Durante los 12 días del conflicto con Irán, más de 800 palestinos murieron en Gaza, algunos alcanzados por disparos mientras intentaban conseguir alimentos, otros por sucesivos ataques aéreos y de artillería israelíes.
La cifra total de fallecidos desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre de 2023, asciende ya a 56 mil 259, la mayoría civiles.
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El portavoz de la Defensa Civil de Gaza, Mahmud Bassal, informó que 56 personas murieron el jueves, incluidas seis que esperaban comida en dos lugares distintos. Aunque no hay confirmación independiente de esta versión, registros médicos revisados por medios internacionales detallan cientos de heridas de bala entre civiles que intentaban obtener ayuda humanitaria en las últimas dos semanas. Testigos también han declarado sobre el uso de fuego letal por parte de soldados israelíes.
El Ejército israelí respondió que sus soldados efectuaron “disparos de advertencia” para evitar que “sospechosos se acercaran” al corredor de Netzarim, en el centro de Gaza, donde a diario se reúnen multitudes con la esperanza de frenar camiones con alimentos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que logró ingresar su primer envío médico desde el 2 de marzo, calificó las nueve unidades de carga entregadas el jueves como “una gota en el océano”. El sistema sanitario continúa en estado crítico, con solo 17 de los 36 hospitales de Gaza funcionando de manera parcial o mínima.
El cierre del cruce de Zikim afecta directamente el reparto de víveres, ya que los nuevos puntos de distribución se ubican en el centro y sur del enclave, lejos del norte, donde se estima que reside al menos un millón de personas. Los centros fueron organizados por una entidad privada llamada Gaza Humanitarian Foundation, respaldada por Estados Unidos e Israel, cuyos detalles operativos permanecen en reserva.
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Israel ordenó el cierre tras difundirse imágenes en redes sociales donde hombres armados custodiaban un cargamento de ayuda. Rivales políticos del primer ministro Benjamín Netanyahu alegaron que eran miembros de Hamás, pero trabajadores humanitarios y residentes negaron esta versión, afirmando que eran miembros de un consejo de líderes comunitarios locales.
La Comisión Superior de Asuntos Tribales, que aglutina a clanes influyentes en Gaza, aseguró que la escolta fue organizada “únicamente mediante esfuerzos tribales” y que ninguna facción palestina participó. “Los clanes vinieron… para formar una postura que impida a los agresores y ladrones robar la comida que pertenece a nuestro pueblo”, declaró Abu Salman Al Moghani, portavoz de la comisión.
El lunes, 79 camiones con alimentos infantiles, medicinas y suministros médicos fueron ingresados a Gaza tras exhaustivas revisiones de seguridad, según autoridades israelíes. El martes, la cifra descendió a 71.
En Bruselas, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, calificó el jueves la situación en Gaza como un “genocidio”. Citando un informe de la Unión Europea, afirmó que hay “indicios” de que Israel estaría incumpliendo sus obligaciones en derechos humanos dentro del marco del acuerdo de cooperación bilateral que sustenta las relaciones comerciales.
El documento denuncia el bloqueo a la ayuda humanitaria, el elevado número de civiles muertos, los ataques a periodistas y el desplazamiento masivo y destrucción.
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Israel rechaza con vehemencia las acusaciones de crímenes de guerra y genocidio, y sostiene que estas denuncias se basan en prejuicios antisemitas y sesgos contra el Estado judío.
Mientras tanto, las posibilidades de una nueva tregua parecen lejanas. El presidente estadounidense Donald Trump señaló el miércoles que creía que se estaba logrando “un gran progreso en Gaza”, pero tanto funcionarios israelíes como del movimiento Hamás han afirmado que no se ha alcanzado ningún acuerdo.
Un vocero de Hamás, Taher al-Nunu, aseguró que las conversaciones con mediadores se habían “intensificado”, pero el grupo no ha recibido ninguna nueva propuesta concreta. Las autoridades israelíes confirmaron únicamente que los esfuerzos por recuperar a los 49 rehenes aún en manos de Hamás, menos de la mitad de ellos con vida, continúan “en el campo de batalla y mediante negociaciones”.
En el plano militar, el martes murieron siete soldados israelíes en un solo ataque en el sur de Gaza, lo que constituye el día más letal para las fuerzas de Israel desde que rompió la última tregua en marzo.
The moment aid trucks arrived safely and securely to warehouses in Gaza City, following the shared efforts of Palestinian tribes. pic.twitter.com/ePcffg32ws
— PALESTINE ONLINE 🇵🇸 (@OnlinePalEng) June 25, 2025
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