Carta atribuida a ‘El Mayo’ Zambada narra ‘su verdad’
Redacción | V+ Noticias
Los Ángeles. Tras ser detenido el pasado 25 de julio, Ismael ‘El Mayo’ Zambada habría roto el silencio, a través de una carta difundida este 10 de agosto, en el periódico Los Angeles Times. En el texto se expone la versión de los hechos en la que, el Mayo Zambada estaría negando un acuerdo con los gobiernos de México y Estados Unidos para su detención.
Al contrario, el fundador del Cártel de Sinaloa habría sido secuestrado durante una emboscada del narcotraficante Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”.
Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a Estados Unidos, tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza y contra mi voluntad.
El escrito fue enviado al medio estadounidense por Frank Pérez, cuya firma aparece como solicitante de acreditación como abogado de Zambada García en la Corte de NY, según pudo verificar Aristegui Noticias.
Según la narración difundida, Joaquín Guzmán López, el hijo del Chapo Guzmán, le habría solicitado al Mayo Zambada reunirse para resolver algunas diferencias entre líderes políticos de Sinaloa.
El fundador del Cártel de Sinaloa, habría estado enterado de una disputa sobre la dirección de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), misma en la que estaban involucrados Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la UAS y diputado electo.
Según el texto de referencia Zambada habría sabido que a la reunión que había sido convocado también asistirían Héctor Cuén, Rocha Moya e Iván Guzmán Salazar.
En la misiva se hace un llamado a los gobiernos de México y de Estados Unidos para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre los hechos ocurridos el 25 de julio con su secuestro, así como con la muerte de Héctor Cuen, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez.
“También hago un llamado a los sinaloenses a la mesura y a mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos“, se lee en el texto.
‘El Mayo’ Zambada habría señalado que el pasado jueves 25 julio acudió al rancho ‘Huertos del Pedregal’, ubicado a las afueras de Culiacán, en donde se llevaría a cabo la reunión convocada por Joaquín Guzmán López y habría llegado un poco antes de las 11:00 horas.
“Vi a un gran número de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos”, se detalla.
Zambada habría acudido acompañado de cuatro miembros del personal de seguridad, de los cuales dos se habrían quedado fuera del perímetro y que los dos que ingresaron a la reunión con él fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de su equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo.
Según la versión, Zambada aseguró que previo a ingresar a la reunión vio y saludó a Héctor Cuen y a uno de sus ayudantes. Una vez en la sala, se encontró con el hijo de “El Chapo”.
“Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que le siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas implicadas, le seguí sin dudarlo. Me condujeron a otra sala que estaba a oscuras”, se lee en el texto, en el cual se acusa que una vez dentro de la habitación “le tendieron una emboscada”, pues un grupo de hombres lo habría tirado al suelo y golpeado; posteriormente le habrían colocado una capucha oscura en la cabeza.
“Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”, se lee en el texto, en el que se agrega que, una vez en el avión, fue Joaquín quien le quitó la capucha y lo ató al asiento.
“En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo”,
Zambada habría señalado que tras un vuelo de poco menos de tres horas llegaron a El Paso, Texas, en donde se sabe que fue su detención en manos de agentes federales estadounidenses. Sobre el supuesto acuerdo mencionado por medios nacionales e internacionales, entre él y autoridades estadounidenses para su captura, en la presunta declaración de Zambada se puede leer que:
La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad.
¿Qué pasó con Héctor Melesio Cuén?
El mismo día de la detención de “El Mayo”, se informó sobre el asesinato de Héctor Melesio Cuén.
De acuerdo con la versión oficial, el diputado federal electo fue víctima de un ataque con arma de fuego y falleció en una clínica privada tras haber recibido varios disparos en la carretera Internacional México 15, cerca del poblado La Presita, al norte de Culiacán.
Sin embargo, en la versión atribuida a Zambada se afirma que Héctor Melesio Cuén fue asesinado en el mismo lugar y al mismo tiempo en que él habría sido secuestrado.
“Sé que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuén fue tiroteado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que ocurrió. Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron”, dice la misiva.
Según la carta “El Mayo” y Cuén eran amigos, por lo que lamentó su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez.
Lee la carta atribuida al Mayo Zambada completa aquí
DECLARACIÓN DE ISMAEL ZAMBADA GARCÍA
Desde que me trajeron en avión a los Estados Unidos desde México el 25 de julio de 2024, ha habido muchos informes inexactos en los medios de comunicación de ambos países. En esta declaración proporcionaré los hechos verdaderos de lo que sucedió ese día. Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a Estados Unidos. Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza y contra mi voluntad.
A continuación se detalla cómo ocurrió.
Joaquín Guzmán López me pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado. Estaba enterado de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, Gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda, ex diputado federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre quién debería dirigir esa institución. Me informaron que además de Héctor Cuen y el gobernador Rocha Moya, también estaría presente en la reunión Iván Guzmán Salazar.
El 25 de julio, fui al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán, donde iba a tener lugar la reunión. La reunión estaba programada para las 11:00 a.m. y llegué un poco antes. Vi a un gran número de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Me acompañaban cuatro miembros del personal de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo eran José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo.
Mientras caminaba hacia la zona de reuniones, vi a Héctor Cuen y a uno de sus ayudantes. Les saludé brevemente antes de entrar en una sala en la que había una mesa llena de fruta. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que le siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas implicadas, le seguí sin dudarlo. Me condujeron a otra sala que estaba a oscuras.
En cuanto puse un pie dentro de aquella habitación, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta. Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado.
Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo.
El vuelo duró entre 2 1⁄2 y 3 horas, sin escalas, hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me detuvieron. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad.
Sé que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuen fue tiroteado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que ocurrió. Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron.
Héctor Cuen era amigo mío desde hacía mucho tiempo, y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, a quienes nadie ha vuelto a ver ni a saber de ellos.
Creo que es importante que se sepa la verdad. Esto es lo que ocurrió y no las historias falsas que están circulando. Hago un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre mi secuestro en Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuen, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día.
También hago un llamado a los sinaloenses a la mesura y a mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos.
– Ismael Mayo Zambada
Con información de AN / SH
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