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Monday 8th July 2024
Leer es un acto de amor a la vida: Poniatowska
By Redacción

Leer es un acto de amor a la vida: Poniatowska

Redacción | V+ Noticias

Ciudad de México. A punto de cumplir 92 años y sin poder ver con el ojo izquierdo, Elena Poniatowska identifica en el acto de leer un acto de amor a la vida.

La Premio Cervantes acudió a su cita anual en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería para presentar De corazón, Elena, que reúne dos de sus cuentos ya publicados: De Gaulle en Minería y El corazón de la alcachofa.

«La costumbre de leer es un acto de fe, un acto de defensa, de amor a la vida«, dijo Poniatowska, quien ahora lee El infinito en un junco, de Irene Vallejo.

Poniatowska, esperada por las masas

La periodista y escritora era esperada este viernes desde tres horas antes en el foro del Fondo Editorial Estado de México, que resultó insuficiente para tantos lectores ansiosos de escucharla y que, pacientemente, esperaron a que terminara la presentación del libro para alcanzarla en el pasillo y decirle cuánto la admiran, darle un ramillete de flores o, al menos, saludarla.

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Aunque haya contado mil veces cómo llegó a México en 1942, a donde la trajo su madre, y al hacerlo, “le regaló un país enorme y misterioso«, o cómo se hizo periodista a los 22 años, después de salir del colegio de monjas en Estados Unidos.

Poniatowska (París, 1932) suscita siempre la simpatía en quienes la escuchan, divertidos al enterarse cómo Elena lanzaba sus «preguntas ingenuas, ignorantes» para tratar de conocer a quienes eran tratados con mucha formalidad en los periódicos.

Elena Poniatowska está a punto de cumplir 92 años y vive sin poder ver con el ojo izquierdo

Una escritora a la que jamás le ha preocupado el estilo, para decepción del lector que se lo preguntó.

«Tengo ahora 91 años. He perdido totalmente la vista del ojo izquierdo: se lo digo para que usted no se enoje conmigo, si no le respondo esta pregunta, pero nunca he pensado ni en el estilo ni en la forma de escribir. Simplemente, reproduzco las palabras que los demás me dicen, lo que oigo en la calle y también lo que pasa por mi cabeza».

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O la escuela de periodismo que fue la cárcel de Lecumberri, donde los presos estaban ansiosos de «contarle su prodigiosa vida de verdades, su prodigiosa vida de mentiras».

«La época de la vida cuando más aprendí fue escuchando la vida de estos presos, y luego de los presos políticos (…) Fue, de veras, entrar a un mundo más rico y más aleccionador», dijo Poniatowska en diálogo con la escritora Beatriz Zalce.

Sin falsa modestia, Poniatowska puede jactarse de haber logrado, con su pluma, un periodismo más libre y también, como dijo, «más cariñoso, más cercano a los personajes».

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  • 24 de febrero de 2024