Gustavo Madero renuncia a la política
Redacción | V+ Noticias
Ciudad de México. El próximo 30 de agosto, cuando concluyan los trabajos de la actual Legislatura y entregue el escaño que ocupó como senador del PAN desde el 1 de septiembre de 2018, el chihuahuense Gustavo Madero se retirará de la política para «disfrutar de la vida y de la familia».
A sus 68 años, repasa su trayectoria y dice que, como firmante del Pacto por México, siendo dirigente nacional del PAN –en diciembre de 2012– , se arrepiente de haber salvado la vida al PRI. De hecho, asegura que el blanquiazul ha resucitado al tricolor en al menos cinco etapas.
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«Después del 30 de agosto que terminemos las funciones en el Senado, me retiro. Cierro un capítulo en mi vida, el capítulo político para empezar una nueva etapa. En la política, es muy importante entender los tiempos políticos y los tiempos biológicos. Y es mejor dar lugar a nuevos actores jóvenes que traigan mayores energías y propuestas. Eso es lo conducente, según mi análisis. También, en lo personal, ya me toca disfrutar la familia, la vida«, dice en entrevista.
«Va a ser un capítulo nuevo. No tengo un proyecto en especial. Lo único que puedo decir es que estoy estudiando una maestría en Inteligencia Artificial, porque es uno de los temas que vienen y no quiero estar desconectado en los cambios».
–¿Conservará su militancia panista?
No lo sé. Soy muy crítico del partido, pero no quiero dañarlo, sobre todo en el proceso electoral en marcha; pero una vez que concluya, voy a hacer un análisis de por qué entré a la política, por qué entré al partido y qué es lo que lo que veo, ya desde una perspectiva independiente. Estoy viendo un partido que se ha vuelto muy pragmático, y que ha quedado mucho a deber esta dirigencia.
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–¿Recibió alguna invitación para la Cámara de Diputados o el Senado?
No, ninguna. Yo voy a trabajar porque gane Xóchitl Gálvez; y si me invita Xóchitl, no voy a aceptar ninguna posición, porque ya estoy en otra etapa. Tengo 68 años, bien vividos: 20 años de estudiante, 20 años de empresario, 20 años de político y 20 años a ver de qué viene.
–¿Qué experiencia le deja haber hecho política?
Me voy un poco desencantado…
–¿Por qué?
No hemos podido construir mayorías estables para tomar las mejores decisiones para que México tenga mejores niveles de bienestar y desarrollo. Ahora lo veo muy polarizado, muy confrontado. Sobre todo, con propuestas regresivas, aunque estén revestidas de programas de bienestar.
México sigue sin despegar. Me da mucha desilusión el ver que cuesta mucho trabajo ganar una posición política y luego, desde de esa posición, que no se logren la fuerza y el compromiso para ir a fondo y solucionar los problemas estructurales del país.
–No comulga con la teoría del arroz cocido…
No, no. Está difícil, pero si la gente sale a votar… la mejor manifestación de fuerza que he visto es la del 26 de febrero del año pasado. Esa marea rosa es potentísima y todavía no encuentra su expresión en la campaña de Xóchitl, pero si la logran apropiarse… Esa es mi esperanza de que Xóchitl la haga.
–¿Cuál es el balance de su paso por el Grupo Plural?
Ha sido de las mejores decisiones que he tomado. Muchos no lo han entendido bien, pero construimos un grupo con una voz potente. Somos muy poquitos (German Martínez y Emilio Álvarez Icaza), pero sí logramos incidir de manera crítica en los asuntos en los que participamos.
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–¿Y del Pacto por México? Usted fue protagonista…
El PAN le ha salvado la vida al PRI en cinco ocasiones: la primera fue en 1988. El PRI entró en crisis, se escinde y se forma el PRD. Salinas gana la Presidencia, y cuando gana el PAN, le dice: “Señor presidente, usted ganó de manera ilegítima, pero se puede legitimar en el ejercicio de gobierno si cumple esta agenda”.
La segunda fue en el 2000. Cuando gana Vicente Fox, todo mundo dice: “El PRI va a desaparecer”. El Gabinete se divide en dos: los que querían darle la puntilla al PRI y los que querían darle respiración artificial. Ganan los de la respiración artificial y el PRI vuelve a agarrar vuelo. Se forma la Conago (Conferencia Nacional de Gobernadores) y se reconvierte el PRI en un partido a partir de gobernadores, con gobernadores que ganan mucho poder y presupuesto.
La tercera, en 2010, cuando Felipe Calderón negocia con Peña Nieto que el PAN no fuera en alianza para el Gobierno del Estado de México. Yo era presidente del PAN, íbamos a impulsar a Alejandro Encinas el PAN y el PRD, y Calderón negoció con Peña Nieto que no fuera esa alianza.
La cuarta, la del Pacto por México, cuando era presidente del PAN y gana Peña Nieto; entonces, se impulsa esta serie de reformas, reformas en las que creo, positivas todas. Diez reformas muy buenas, pero el PRI de Peña Nieto las traicionó, y luego se ve envuelto en la corrupción de la Casa Blanca, Ayotzinapa, y nos arrastró. Arrastró al PAN y se crea la figura del PRIAN que López Obrador aprovecha para construir un discurso que le permitió ganar en 2018.
Y la quinta: la alianza Sí por México PAN, PRI PRD en las elecciones de 2021. Desde 1988, el PRI ha venido en caída libre y ahora sólo tiene dos gubernaturas. El PRI está en una implosión y el PAN lo que ha hecho es alargar este proceso de implosión (…).
En ese sentido, me arrepiento, porque los resultados no salieron como estaban planeados y acabamos legitimando al PRI.
–¿Siempre quiso ser gobernador?
No… yo no quería; ni presidente de la República ni gobernador. Sí quise ser senador, diputado y presidente del partido; gobernador, no. Lo que yo quería es que el proyecto de Javier Corral (exgobernador de Chihuahua) no se perdiera, no se diluyera. Y por eso sentí el compromiso de participar, pero no como aspiración personal, sino como una obligación de hacerlo.
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