Steven Spielberg conquista el cielo nazi con ‘Los amos del aire’
Redacción | V+ Noticias
Ciudad de México. La mayor flota aérea de la Historia de la Humanidad, directa al territorio de Hitler. Con esa línea, Los amos del aire resume en su tráiler la gesta que está a punto de desplegar, dentro y fuera de la pantalla. Producida por Steven Spielberg, Tom Hanks y Gary Goetzman, narrará la historia de los hombres que formaron parte del Grupo de bombarderos número 100 de la Segunda Guerra Mundial y cierra la trilogía de series sobre este periodo histórico que han elaborado, aunque tras Hermanos de Sangre y The Pacific, de HBO, esta vez su casa será Apple TV+ (estreno el 26 de enero).
La expectación es máxima, no solo por la referencia de estos dos títulos, ya que la primera fue uno de los pilares de la televisión de prestigio y supuso un cambio de paradigma por su factura y ambición técnica y narrativa, sino también porque con esta historia se salta de la tierra al cielo, con todo el riesgo que ello supone.
Es algo que Spielberg siempre había anhelado hacer: su padre fue piloto y tiene gran conocimiento sobre aviones y batallas aéreas. Sin embargo, no era tarea sencilla ni tampoco barata. Antes del rodaje, el elenco que encabeza Austin Butler (nominado al Oscar por Elvis) tuvo que afrontar un campamento militar dirigido por el capitán Dale Dye —quien ya fue asesor en las dos series anteriores— que incluía un duro entrenamiento físico con flexiones y carreras, clases de historia y simulación de vuelo, así como familiarizarse con las cabinas de un B-17 que se recrearían en la ficción. El rodaje, que comenzó hace tres años con severas restricciones por el Covid, combinó localizaciones naturales en Reino Unido, donde se construyeron cuarteles militares y otros escenarios, con la puntera tecnología de Volume, una enorme pantalla virtual inmersiva.
Cuando Butler terminó de rodar la cinta en la que encarnaba al rey del rock, fue hospitalizado. Según contó él mismo —con una de esas historias que uno no sabe hasta qué punto son verdad o construidas para dar titulares en la carrera al Oscar— el nivel de exigencia del papel y de adrenalina hicieron que su cuerpo colpasara. Y fue en aquella habitación de hospital donde empezó a leer sobre los pilotos militares de su siguiente proyecto, pasando por sus manos el libro que toma la serie como punto de partida, Los amos del aire: La historia de los aviadores que golpearon el corazón de la Alemania nazi de Donald L. Miller (Desperta Ferro Ediciones). Entre esas páginas conoció al hombre al que luego interpretaría, Gale Winston Cleven, aviador derribado el 8 de octubre de 1943 y retenido como prisionero de guerra en Stalag Luft III.
Masters of the Air premieres in 11 minutes. pic.twitter.com/mIwNHpFlld
— Apple TV (@AppleTV) January 26, 2024
Junto a él, un elenco que incluye a Callum Turner (visto en la saga Animales fantásticos) encarnando a su mejor amigo, Barry Keoghan (un nombre de moda gracias a Saltburn) o Ncuti Gatwa (que se hizo popular con Sex Education y ahora protagoniza Doctor Who). Todos se han puesto a las órdenes de Cary Joji Fukunaga (True Detective), quien dirige los cuatro primeros capítulos, y de otros cinco directores, que han llevado a imágenes el guion de John Orloff, hombre que también firmó parte de Hermanos de sangre.
No se ha escatimado: se estima que Los amos del aire ha costado entre 250 y 300 millones de dólares —cifra que ni Apple ni la productora Amblin han confirmado—, lo que la convierte en una de las series más caras jamás hechas. Es lo que costó Citadel, el thriller de espías de los hermanos Russo para Amazon (aunque tenía solo seis episodios y esta nueve), y algo menos que Los anillos del poder, que lidera el ranking de gasto con 465 millones entre los derechos de autor del universo Tolkien y la producción de la primera temporada.
Desde que colaborasen en 1998 en Salvar al soldado Ryan, otra obra de bélica de referencia, Spielberg y Hanks han mantenido un idilio creativo fructífero que pasa por Atrápame si puedes, El puente de los espías o The Post y que ahora se eleva a los cielos con una misión: recordarnos la hazaña de los 35 aviones y 350 miembros de la dotación militar que tiñeron de fuego el azul sobre Berlín, Hannover y Dresde para hacer caer el Tercer Reich.
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