La voz del ‘Volcán’
Redacción | V+ Noticias
Nuevo León. Antes de que ruede el balón en cada partido que los Tigres enfrentan en el Estadio Universitario, «Guerrerito» enciende el ánimo de la afición con su estilo y potente voz.
Su nombre es José de Jesús Guerrero Martínez, tiene 85 años y es un personaje súper popular entre público y jugadores.
Bajito, de cabello blanco, lentes y trato amable, toma el micrófono y avanza hacia el campo: motiva a los seguidores a impulsar a los Tigres y hace vibrar el estadio. Finalmente, lanza su icónica frase: «¿Quién va a ganar hooooy?».
Previo a su primera participación en el torneo Clausura 2024 de la Liga MX, «Guerrerito» comparte que ya son 55 años desde que se convirtió en voz oficial del equipo auriazul en el «Volcán«, y cuando se cumplieron, el Club le hizo un reconocimiento, en el que Claudio «El Diablo» Núñez le entregó un jersey con el dorsal 55.
«Guerrerito» nunca ha fallado a un juego, sin importar si llueve o el termómetro marca 8 grados bajo cero.
«La excepción se dio cuando empezó la pandemia en marzo del 2020 porque los juegos se realizaron sin público, y regresé en enero del 2021. «Me recibieron con mucho cariño y Gignac me autografió una camiseta. Al final del partido, Jesús Dueñas me entregó su playera. Fue algo muy especial para mí».
Carlos Zolezzi, quien personifica a la mascota oficial de Tigres y conoce a «Guerrerito» desde hace 25 años, dice que desborda pasión como animador y cuando habla del equipo.
«Tiene un gran corazón, sabe escuchar y da muchos consejos. La afición y los jugadores lo quieren y lo festejan en el Universitario cuando cumple años o celebra alguna fecha muy especial».
Nacido en Iturbide el 24 de octubre de 1938, José de Jesús es el menor de los ocho hijos de José María Guerrero y Lilia Martínez. De recién nacido la familia se mudó a Galeana, donde su padre administraba unos aserraderos. También tenía una carpintería, un taller mecánico y un molino de nixtamal.
José de Jesús tendría seis años y medio cuando partieron a Linares y su papá enfermó tras un accidente con un clavo oxidado. Murió poco después, así que él y sus hermanos tuvieron que aportar para el gasto en casa.
«Yo vendía chicles, marquetas, hacía mandados y boleaba, mientras seguía con la escuela», cuenta acompañando sus palabras con el movimiento de las manos.
En Linares estudió hasta cuarto grado. Luego se fueron a Montemorelos y cursó quinto y sexto. De vuelta en Linares continuó la carrera de contador privado y tenedor de libros.
Por su voz y desenvoltura ya ganaba concursos de oratoria y menciones honoríficas en su adolescencia, y en 1957 ingresó a la XER de Linares, ‘La voz rural de Nuevo León’.
«Estuve ahí dos años, y durante uno me preparé para ir a presentar el examen de locutor a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en México, que incluía conocimientos y cultura general. Mi certificado es el 4959.
«En XER yo llevaba la contabilidad y suplía a tres locutores. También era el cronista de los juegos de beisbol de la Liga Naranjera«.
José de Jesús se mudó a Monterrey y se unió a XENL Radio Recuerdo en julio de 1959, 11 meses después de inaugurada.
«Fue la primera estación en Monterrey que trabajó las 24 horas del día sin repetir un melodía, y ahí fui contador ocho años porque el grupo tenía cinco estaciones de radio, un departamento de información y negocios de publicidad y bienes raíces.
«También fui jefe de personal y director de programación de todas las estaciones, aparte de locutor y cronista deportivo. Era comentarista en partidos de los Sultanes«.
En 1967 entró a XEFB, «La estación importante de Monterrey«, y al mismo tiempo incursionó en los canales televisivos 3 y 10, donde fue el mejor vendedor de publicidad y alcanzó la gerencia de ventas.
«Fueron 25 años y llegué a tener cuentas muy importantes de compañías a las que les puse eslogans que, en algunos casos permanecen, como: ‘Acumuladores LTH, el alma de su automóvil'», lanza con voz sonora.
«Guerrerito» recuerda que el cuerpo de conductores y locutores, que en su mayoría alternaba en televisión y radio, era privilegiado, y nombra a Luis Carlos Treviño, Eulalio González «Piporro», Mario Agredano, Lupita Martínez, Víctor Alcocer, José Marroquín «Pipo», Héctor Martínez, Mario Valle, Jesús Hernández «Don Chucho», Humberto Romo y Horacio Alvarado Ortiz.
«Yo era también cronista de box. Conocía de ese deporte y desde chico boxeaba. Con mi compadre, Rodolfo Guzmán, tenía unos programas sabatinos y por el trabajo llegué a convivir con los grandes comentaristas Jorge ‘Sonny’ Alarcón, Toño Andere y Agustín Álvarez Briones».
En 1967, José de Jesús era coordinador general de las transmisiones radiofónicas de la XEFB, de los partidos de Tigres, que estaban en Segunda División y convocaban a un escaso público.
Norberto Villarreal, quien trabajaba para el equipo, así como Roberto Alonso Garza, médico de Tigres y el directivo Roberto Méndez y Cáceres lo invitaron para animar los encuentros, y fue tan exitoso que por años también lo hizo para la Pandilla de Monterrey, hoy Rayados, en el Estadio Tecnológico.
«Yo iba como coordinador general de las transmisiones por radio para la XEFB y del sonido local del estadio. Llevaba la pauta comercial con Gustavo Agredano y los cronistas eran Arturo Ortiz y Pepe Treviño Escamilla.
«Yo daba las alineaciones, cambios, tiros de esquina, penalties, expulsados y goles».
Acerca de su frase de batalla: ¿Quién va a ganar hooooy?, «Guerrerito» afirma que surgió espontánea hace más de 30 años.
«Se me ocurrió para motivar a la gente y unirla con el equipo, y ese grito fue aceptado por toda la afición y por esos Tigres que traen en su corazón esa flama, ese luchar constantemente buscando el campeonato».
Junto con ellos, «Guerrerito» ha sufrido y gozado derrotas, triunfos, títulos, descenso y ascensos, y como si de una transmisión se tratara, describe uno de los episodios más felices: cuando el equipo ascendió a Primera División el 19 de mayo de 1974.
«Ganaron en el Estadio Universitario 3-0 contra la U de G, y en la vuelta en Guadalajara perdieron 2-0, aunque el global quedó 3-2.
«En este último partido lo pesado estuvo afuera. Las porras lanzaban grapas con ligas, hielo, agua, insultos y amenazas a los de aquí, y aun así triunfaron, es algo súper especial que se lleva en el corazón».
Vendrían luego los campeonatos: el de Copa en 1975; los de Liga en el 77-78 y 81-82, con figuras como Jerónimo Barbadillo, Osvaldo Batocletti y Tomás Boy.
«Pero luego el descenso, aquel 24 de marzo de 1996, fue una tristeza tremenda y hasta llanto».
«Guerrerito» platica que llegaron tiempos mejores con el ascenso a Primera División en el verano del 97.
«El partido de vuelta fue en Ciudad Victoria con goleada de Tigres 4-0, previo el 1-0 que perdieron en el Universitario, y a las 2 o 3 de la mañana la afición esperaba en la Macroplaza porque el equipo tuvo que viajar desde Ciudad Victoria.
«Nos fuimos en camiones especiales desde el Estadio Universitario y nos abrieron las puertas del Palacio de Gobierno, ya estaban los templetes, y todo fue festejo».
Lo mejor estaba por venir, con seis campeonatos de Liga, para sumar 8 en total; con otras dos Copas MX, para llegar a 3; más cuatro títulos de Campeón de Campeones y 1 Concachampions, entre otros logros.
«Y qué decir de nuestras Amazonas, ya con seis campeonatos. Cómo se entregan. Son incansables. Ponen ejemplo al futbol mexicano varonil.
Uno de los regalos más apreciados por «Guerrerito» es el gafete de capitán que Nahuel Guzmán le dio el 2 de septiembre del 2023, tras cumplir 140 juegos sin aceptar gol en su portería, un récord que lo ubica como el extranjero con más metas imbatidas en la Liga MX.
«El capitán es Guido Pizarro, pero estuvo fuera y nombraron a Nahuel, que al final del juego me carga, me da un beso en cada mejilla y cuando me bajó me puso el gafete de capitán. ¡Fue un regalo precioso!».
«Guerrerito» cuenta que desde hace 35 años es ministro extraordinario de la Sagrada Comunión en la Parroquia Universitaria San Juan Bosco, y como todos saben de su fe, le han solicitado rosarios en encuentros clave.
Dice que André-pierre Gignac enterró un par de ellos, tanto en el estadio de los Rayados, previo a la Semifinal de vuelta del Clausura 2023, que Tigres ganó 1-0 con gol de Sebastián Córdova, y una semana después en el Akron de Guadalajara, cuando obtuvieron su octavo título de Liga frente a Chivas.
José de Jesús está casado con Elba Laura Guajardo desde hace 60 años. Tuvieron tres hijos: Ana Laura, quien ya falleció; Blanca Esthela y José de Jesús. Tienen siete nietos y una bisnieta.
José de Jesús es su hijo mayor y dice que su padre vive y sufre intensamente la pasión por Tigres.
«Él se carga de energía en el estadio, con sus Tigres, y siempre está esperando el siguiente juego para llegar temprano.
«Me tocó acompañarlo muchas veces desde muy chico, primero en las transmisiones de radio en donde él era la voz comercial y coordinador de las transmisiones. Después, desde cancha, en donde comercializaba el sonido interior del estadio, y en está última etapa como animador, y es todo un personaje».
En lo personal, lo describe austero, pero generoso con su familia, fuerte, honesto e intenso.
«Viene de muy abajo y ha sabido levantarse en muchas ocasiones de imponderables fuertes, familiares y profesionales, a base de esfuerzo».
«Es muy trabajador, lo mismo tuvo tienda de abarrotes, que de ropa y un estacionamiento. Fundó la agencia Guerrero Publicidad en 1990, que actualmente operan sus nietos, y él continúa activo».
«Guerrerito» subraya que son muchas generaciones con las que ha pasado momentos memorables en el Estadio Universitario.
«Antes yo decía: ‘El juego del hombre’, y una señora muy amablemente me mandó decir que ya es el juego de la familia, porque van parejas, matrimonios con hijos, jóvenes, señoras y personas de la tercera edad».
«Guerrerito» batalla para elegir entre los jugadores que admira y, finalmente, nombra a Pilar Reyes, Osvaldo Batocletti, Tomás Boy, Jerónimo Barbadillo, Walter Mantegazza, Robert Dante Siboldi, portero y hoy director técnico del conjunto; Lucas Lobos, Walter Gaitán, Damián Álvarez, Claudio «El Diablo» Núñez, Nahuel Guzmán y André-pierre Gignac.
A él también se deben algunos apodos de jugadores, no sólo de Tigres: a Siboldi lo llamaba «El Ángel», porque volaba de lado a lado de la portería.
A los cancerberos Alejandro Lanari, David Comizo y Carlos Guerrero, les apodó «La muralla argentina», «El pulpo» y «La boa», respectivamente, en tanto que a David Oliva le puso «Popeye» y a Javier Saavedra «La ardilla traviesa», por su rapidez extrema al jugar por la banda.
«Guerrerito» se emociona al compartir el reconocimiento y la playera que le dieron en el Estadio Universitario al cumplir sus 85 años en octubre del 2023.
«Haz de cuenta que cada año vas sembrando una semillita de afecto, de amor, de entrega a la cancha de Tigres, a la mejor afición de México, y así llegas también a los 55 años como voz oficial.
«Espero seguir adelante, mientras Dios me preste salud y vida».
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