Paquete Económico 2024 no aumenta ni crea nuevos impuestos: Gabriel Yorio
Redacción | V más Noticias
Ciudad de México. Con motivo del análisis del Paquete Económico 2024, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dio unas palabras durante la reunión de trabajo de la Comisión de Hacienda y Crédito Público en la Cámara de Diputados:
Buenas tardes. Saludo con gusto y respeto a las diputadas y diputados integrantes de la Comisión de Hacienda. Agradezco a ustedes la invitación a esta mesa de trabajo, con motivo del análisis de la iniciativa de la Ley de Ingresos correspondiente a este ejercicio fiscal.
El Programa Económico, que ha sido presentado ante ustedes, busca dar continuidad a la política económica de la presente administración, y plantea lineamientos de política económica prudentes, alineados con el Plan Nacional de Desarrollo. En este sentido, es que me presento ante esta soberanía para detallar y explicar los supuestos bajo los cuales fue construido el último programa de la administración.
El Programa Económico 2024 presentado se compromete a mantener a una posición responsable, sólida y sostenible de las finanzas públicas del país, y no contempla aumento de impuestos y tampoco impuestos nuevos.
El Programa Económico fue formulado con la información económica disponible y en un contexto económico global que refleja ya una moderación del crecimiento y volatilidad causada por eventos geopolíticos y continuos choques de oferta desde la gran pandemia de 2020.
Es un programa prudente, realista y responsable que fue definido para cumplir con tres objetivos puntuales:
Primero: contribuye positivamente a la estabilidad al mantener un nivel de endeudamiento por debajo de 50 por ciento, con lo cual nuestro país ha sido reconocido como uno de los países con menores niveles de endeudamiento.
Segundo: asegurar los recursos para terminar las grandes obras de infraestructura de conectividad en el país, para no dejar presiones de gasto pendientes a la administración siguiente, al mismo tiempo asegurar los recursos para la protección social, reconocidos ahora como derechos universales en la Constitución.
Tercero: contribuye a una transición financiera ordenada, lo que permitirá a la próxima administración comenzar un nuevo programa económico dentro de una senda de sostenibilidad fiscal.
México cuenta con pilares económicos sólidos y una alta capacidad de gestión fiscal y financiera para enfrentar cualquier reto que se pudiera materializar en los siguientes años, y la siguiente administración también contará con estos elementos.
Durante los últimos cinco años, hemos mantenido un nivel de deuda estable como porcentaje del PIB y en una senda sostenible, situación que no ha pasado desapercibida en el escenario internacional. Organismos globales y agencias calificadoras reconocen nuestra solidez financiera, reflejando la confianza que los inversionistas internacionales tienen en México.
El gobierno del presidente López Obrador ha sido reconocido por tener una administración fiscal prudente, y desde la Secretaría de Hacienda continuaremos actuando con mucha responsabilidad para seguir contribuyendo a esta política. Y, en este sentido, tenemos claras las opciones para continuar con la prudencia fiscal.
La siguiente administración tendrá la estabilidad y recursos presupuestales suficientes para iniciar su programa de gobierno sin contratiempos ni presiones para subir impuestos.
El Programa Económico tiene el mayor gasto en inversión social registrado, con un monto que alcanza 12.8 por ciento del PIB. Asimismo, garantiza el financiamiento para finalizar los grandes proyectos de infraestructura, los cuales han logrado que, por primera vez el sursureste de México, crezca a tasas más elevadas, arriba del crecimiento medio del país.
Esta medida, además de cumplir con los compromisos de la administración actual, permite que la administración entrante inicie sin presiones financieras. Permite evitar sobrecostos asociados con posibles choques de inflación y otros compromisos financieros futuros.
Esta administración ha mantenido su compromiso de gestionar la deuda con responsabilidad, manteniéndola en un nivel estable y sostenible que no supera el 50 por ciento del PIB.
En este Programa Económico, la política de deuda se encuentra regido por el marco normativo vigente y estimamos que, para finalizar el sexenio, se sitúe en un nivel sostenible de 48.8 por ciento.
Este nivel coloca, y seguirá colocando a México, como uno de los países con menores niveles de deuda/PIB de América Latina y comparado con países pares.
Adicionalmente, en el Programa 2023 y 2024 realizamos ajustes al déficit, con el fin de adaptarnos a las circunstancias. Si bien en 2024 se proyecta un déficit de 5.4 por ciento para mantener el impulso económico en un contexto de moderación del crecimiento global, no se compromete en ningún sentido la sostenibilidad fiscal del país en el corto ni el mediano plazo.
Entro al detalle, el contexto y los fundamentos en los que nos apoyamos para realizar los cálculos del marco macroeconómico.
Primero hablaré sobre el estado de la economía y las finanzas públicas y sus estimaciones para el cierre de 2023; posteriormente, proporcionaré los elementos más importantes que incluye la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación 2024.
En la primera mitad de 2023, la economía global se mantuvo con crecimiento positivo. Sin embargo, como lo detallaré a continuación, se anticipa que el mundo crezca menos, y en 2024 que el crecimiento global sea positivo, pero que sea a un menor ritmo.
Durante el primer semestre de 2023, la economía de Estados Unidos creció 2.7 por ciento real anual, respaldada por la creación de un promedio de 260 mil empleos mensuales. Asimismo, septiembre, la tasa de desempleo alcanzó su nivel más bajo en más de 50 años, situándose en 3.8 por ciento. Bajo este contexto, se estima que, para el tercer trimestre, el crecimiento continúe en un rango entre 0.7 y 1.2 por ciento en su variación trimestral real.
En 2024, se espera que el crecimiento económico de EU sea de 1.8 por ciento, una cifra ligeramente inferior a la proyectada previamente, debido a un menor impulso en la demanda agregada y las condiciones monetarias restrictivas. Sin embargo, se anticipa un sólido mercado laboral y reducción en las presiones inflacionarias, beneficiando el ingreso real de los hogares y aumentando la confianza del consumidor.
Por otro lado, la Zona Euro y China mostraron un crecimiento económico más moderado. La actividad económica en la Zona Euro creció apenas 0.2 por ciento en el primer semestre del año, mientras que la inflación se mantuvo elevada, situándose en 4.3 por ciento en septiembre.
China, a su vez, tuvo un crecimiento del PIB de sólo 0.8 por ciento en el segundo trimestre, notablemente más bajo que su promedio histórico del 1.6 por ciento. Esta desaceleración se debió, en gran parte, a una caída del 25 por ciento en el mercado inmobiliario y una disminución del cuatro por ciento en las ventas al menudeo entre julio y agosto.
En cuanto a la política monetaria, la Reserva Federal de EU incrementó su tasa de referencia a un rango de 5.25 a 5.50 por ciento, el nivel más alto desde 2001. El Banco Central Europeo también adoptó una postura restrictiva, elevando su tasa de depósitos a cuatro por ciento, y la de refinanciamiento a 4.5 por ciento.
Por su parte, los mercados emergentes enfrentaron volatilidad, con el índice EMBI+, alcanzando 433 puntos en marzo, pero se recuperó para situarse en 376 puntos a finales de agosto. Esta recuperación fue impulsada en parte por la contención de los riesgos de contagio financiero y las expectativas mejoradas de crecimiento en economías emergentes.
A pesar de los desafíos señalados, se espera que la economía mundial continúe creciendo, aunque a un ritmo más moderado hacia finales de 2023 y durante 2024.
En cuanto a la economía mexicana, en la primera mitad de 2023, mostró signos de crecimiento robusto, con aumentos en los indicadores de empleo, inversión y consumo. El crecimiento del PIB fue de 3.7 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior.
Por su parte, la inflación ya se encuentra en una trayectoria descendente. Asimismo, la solidez del sistema financiero y la creciente confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros son indicativos de la fortaleza económica de nuestro país.
En el mercado laboral, se crearon 1.9 millones de empleos promedio en el primer semestre de 2023 respecto al año anterior, logrando una tasa mínima de desempleo de 2.8 por ciento. Además, los salarios reales aumentaron, beneficiando a la población trabajadora y fomentando el consumo privado. Por ejemplo, los salarios registrados ante el IMSS crecieron 4.7 por ciento en términos reales de enero a agosto de este año.
México también aumentó su participación en el comercio con Estados Unidos, con un déficit comercial de 75 billones de dólares y un incremento en las exportaciones. Paralelamente, la inversión extranjera directa alcanzó 29 billones de dólares, un récord histórico, impulsado por la confianza de las empresas globales en la economía mexicana.
La inflación promedio fue del seis por ciento en los primeros ocho meses del año, mostrando una tendencia decreciente. Se espera que este indicador continúe acercándose al objetivo de inflación en lo que resta del año, apoyada por las políticas fiscales y monetarias.
Por su parte, el sistema financiero se mantuvo estable, con índices de morosidad tolerables y altos niveles de capitalización. A agosto de 2023, el crédito al sector privado no financiero, otorgado por la banca comercial, experimentó un crecimiento real acumulado del tres por ciento, reflejando una dinámica económica positiva.
Pese a la volatilidad financiera internacional, el tipo de cambio se ha apreciado 11.5 por ciento en promedio durante esta administración y 6.7 por ciento durante 2023. Este fortalecimiento es una clara muestra de la estabilidad macroeconómica, la robustez de las finanzas públicas, y también está influido por un nivel de tasas de interés alto.
La fortaleza actual de nuestra moneda ha contribuido a mitigar las presiones inflacionarias asociadas a los bienes importados, promoviendo una economía más estable y un costo de vida accesible para la población.
Con base en los resultados observados en 2023, se proyecta para el cierre de este año un crecimiento de la economía mexicana de entre 2.5 al 3.5 por ciento. Asimismo, se espera que la inflación se estabilice alrededor de 4.5 por ciento anual; la tasa de interés de referencia se ubique en 11.25 por ciento; el tipo de cambio cierre en 17.3 pesos por dólar y el precio del petróleo se mantenga estable.
En cuanto a las finanzas públicas de México, en 2023 se cumplirán las metas fiscales, a pesar de los menores ingresos petroleros, ya que los ingresos totales se han compensado con mayores ingresos tributarios y no tributarios.
En 2023, los ingresos tributarios de México mostraron un crecimiento significativo, alcanzando cerca de tres billones de pesos hasta agosto, un aumento de 7.7 por ciento en términos reales anuales, el más alto desde 2016. Esto se debió a un buen desempeño económico.
Destaca la recaudación de ISR, que en el acumulado entre enero y agosto se incrementó en 3.6 por ciento real anual, impulsado por la creación de empleo, el aumento de la masa salarial y el crecimiento de las utilidades empresariales.
De la mano de la reducción en los precios internacionales de combustibles, el IEPS de combustibles aumentó. De enero a julio se recaudaron 116 mil millones de pesos por concepto de este impuesto, en contraste con la caída de 57 mil millones de pesos observada al cierre de julio del año pasado.
Nuestra política de mantener el precio de la gasolina estable generó que los estímulos a la cuota del IEPS contuvieran los incrementos en términos reales en el precio de los combustibles. Al cierre de agosto, el precio de la gasolina magna ha incrementado apenas tres pesos respecto al nivel que prevalecía a finales de 2018. De no haber implementado esta política los precios habrían incrementado 30 por ciento en términos reales.
Aunque la recaudación del IVA estuvo por debajo del programa debido al crecimiento de las devoluciones y compensaciones, comparado con años previos, y a la apreciación del peso frente al dólar que afectó el IVA por comercio exterior. Hacia el final de 2023, se prevé que los ingresos tributarios alcancen los 4.4 billones de pesos, equivalente a 14 por ciento del PIB.
En cuanto a los ingresos petroleros, disminuyeron un 25 por ciento real anual hasta agosto debido a los menores precios de los hidrocarburos y la apreciación del peso. Asimismo, los ingresos no tributarios disminuyeron un 9.5 por ciento real anual hasta agosto, pero fueron mayores respecto al programa en 80 mil millones de pesos.
Por su parte, los ingresos de organismos y empresas distintas de Pemex superaron las proyecciones en 54 mil millones de pesos, gracias a un mejor desempeño del IMSS y CFE, impulsados por el aumento de empleo formal, salarios y ventas de energía eléctrica debido a la mayor actividad económica.
En el caso particular del IMSS, actualmente tiene una posición financiera positiva histórica, con un incremento real del 8.2 por ciento en sus ingresos propios hasta agosto, gracias al aumento de pagos de cuotas de seguridad social. Esto no solo refleja la capacidad del instituto para proporcionar servicios de salud de calidad, sino que también muestra su solidez financiera.
Se prevé que los ingresos propios del IMSS aumenten un 25 por ciento en términos reales al final de la administración, marcando el crecimiento más significativo en comparación con las administraciones previas.
Para el cierre de 2023, se espera que los ingresos totales del IMSS alcancen 1.22 billones de pesos, mientras que el gasto total será de 1.18 billones de pesos. Esto resultaría en un excedente de 40 mil millones de pesos, sin necesidad de usar reservas, lo cual refleja las estrategias efectivas implementadas para mantener el equilibrio financiero y proporcionar estabilidad a las operaciones del Instituto.
Por su parte, se espera que los ingresos no tributarios alcancen 327 mil millones de pesos y los ingresos de entidades distintas de Pemex, cerca de un billón de pesos al cierre del año.
En cuanto a la asignación del gasto público, en 2023, se caracterizó por su énfasis en el desarrollo social y la inversión física, alineándose con los objetivos del gobierno de mitigar la desigualdad y estimular el crecimiento económico en todo el país. En los primeros ocho meses del año, se canalizaron 2.4 billones de pesos a desarrollo social, marcando un incremento de siete por ciento en comparación con el acumulado de enero a agosto de 2022. Esto permitió que los programas sociales universales llegaran a más hogares mexicanos.
Los programas sociales han tenido un impacto significativo en la reducción de la desigualdad. En 2022, los programas sociales evitaron que cuatro millones de personas cayeran en condición de pobreza. Además, los efectos positivos también contribuyen al desarrollo personal y comunitario y han fortalecido el consumo interno.
Un área donde se ha observado un impacto positivo es en la liberación del tiempo para la educación. Los beneficiarios de becas, por ejemplo, han podido dedicar más horas al estudio gracias al apoyo recibido. Esto no sólo mejora sus oportunidades individuales, sino que también contribuye al aumento del capital humano del país.
Por ejemplo, los beneficiarios de nivel primaria y secundaria de las becas Benito Juárez reportaron un incremento de dos horas semanales de estudio y una drástica reducción de 12 horas semanales dedicadas a trabajar. También, se redujo en 1.5 horas a la semana el tiempo dedicado a quehaceres domésticos.
Además, estos programas han tenido un impacto positivo significativo en la liberación del tiempo de las mujeres, permitiéndoles diversificar sus actividades más allá de los roles tradicionales de cuidado.
Las beneficiarias del Apoyo al Bienestar de Hijas e Hijos de Madres Trabajadoras reportaron una reducción de tres horas semanales en promedio a las labores de cuidados y quehaceres domésticos. Esto abre oportunidades para su participación más activa en otras esferas de la sociedad, incluyendo la económica y la cívica, contribuyendo así a una sociedad más equitativa y diversa.
Paralelamente, la inversión física fue destinada principalmente a proyectos de conectividad esenciales de infraestructura, siguiendo la estrategia del Gobierno de México de impulsar el desarrollo económico regional y atraer inversiones del extranjero. Hasta agosto, los fondos asignados a la inversión física aumentaron un 3.7 por ciento, superando ampliamente el crecimiento promedio de 2.6 por ciento observado en los cinco años previos.
En cuanto al gasto federalizado, el monto de las participaciones federales otorgado durante esta administración es el mayor de los últimos tres sexenios. En 2023, las entidades federativas recibieron una asignación de 1.6 billones de pesos en el acumulado de enero a agosto, cifra que registró un incremento de 4.4 por ciento respecto al mismo período del año previo.
Hacia el cierre del año, se estima que las participaciones asciendan a 3.7 por ciento del PIB, 0.1 puntos porcentuales por arriba del nivel observado en 2022. Si bien se prevé que las participaciones se ubiquen por debajo de lo programado, ante la reducción de la recaudación federal participable, es importante mencionar que el Gobierno federal llevó a cabo la potenciación del FEIEF para proteger la disponibilidad de recursos de los estados y municipios y compensar casi al cien por ciento dicha disponibilidad.
En 2023, México tiene un déficit presupuestario y un balance primario mejores de lo esperado. Se proyecta que el déficit presupuestario para 2023 sea de 3.3 por ciento del PIB. Excluyendo la inversión pública aprobada, se espera un superávit del 0.1 por ciento del PIB, cumpliendo la meta anual. Por su parte, el balance primario también se espera que sea de 0.1 por ciento del PIB, mejor que el déficit de 0.2 por ciento del PIB previsto inicialmente.
Se anticipa que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) se ubiquen en un déficit de 3.9 por ciento del PIB, mejor que el cuatro por ciento aprobado. Esto resultará en que la deuda pública se sitúe en el 46.5 por ciento del PIB, dos puntos porcentuales por debajo de lo aprobado.
Comparado con 2018, la deuda pública aumentará únicamente 2.8 puntos porcentuales del PIB al cierre de 2023, mucho menor que en episodios previos.
En esta administración, hemos llevado a cabo el refinanciamiento de deuda externa más grande en la historia del país. Se ha refinanciado deuda externa por una suma total de 15 billones de dólares en deudas a corto plazo, una cifra que supera más del doble lo realizado por la administración previa.
Adicionalmente, la deuda externa ha bajado como porcentaje del portafolio total de deuda gracias a una estrategia efectiva de gestión de pasivos. Para ponerlo en perspectiva, en 2019, la deuda externa constituía el 21 por ciento del portafolio total; en la actualidad ha disminuido a 16 por ciento.
Reducir el porcentaje de deuda externa del portafolio total fortalece nuestra independencia financiera de mercados externos y, al mismo tiempo, privilegia nuestro mercado interno, el mercado de pesos mexicanos, al concentrar los retornos en nuestra jurisdicción financiera, sin comprometer el acceso de México a los mercados globales.
La estrategia de financiamiento del Gobierno federal se enfoca no sólo en los aspectos económicos, sino también en criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG). Este enfoque tiene como meta la creación de un mercado robusto que otorgue acceso a financiamiento sostenible tanto a entidades públicas como privadas.
Durante esta administración, hemos establecido nuevas referencias en los mercados de Japón, Europa, Estados Unidos y México, siguiendo los criterios ASG, y hemos conseguido atraer a nuevos inversionistas. En el ámbito internacional, México se ha consolidado como un emisor prominente de deuda ASG, acumulando un total de 7.8 billones de dólares.
Hasta la fecha, el mercado local se ha enriquecido con la emisión de 121 bonos sostenibles y sociales en moneda nacional, sumando un total de 420 mil millones de pesos. Este avance notable refleja nuestro compromiso continuo con iniciativas que no sólo impulsan el crecimiento económico, sino que también fomentan la sostenibilidad ambiental y social, sobre todo a través de estrategias de movilización de financiamiento sostenible.
Durante esta administración, hemos ejercido una gestión prudente en relación con los créditos multilaterales provenientes de Organismos Financieros Internacionales, enfocándonos tanto en la contratación responsable como en la reducción de los saldos vigentes, evitando incrementar el saldo de la deuda con dichos organismos. Como resultado, los saldos actuales de la deuda de México con estos organismos se han mantenido al mismo nivel que en 2018.
Además, hemos liberado crédito adicional por seis billones de dólares. Esta medida facilitará que la próxima administración cuente con la flexibilidad de acceder a financiamiento concesional, en caso de que lo consideren necesario.
Ahora bien, pasaré a las proyecciones para 2024. El Programa Económico 2024 se ha diseñado considerando un entorno de estabilidad macroeconómica y prevé un crecimiento real del PIB de entre 2.5 por ciento y 3.5 por ciento, apoyada por el consumo privado robusto y aumentos en las inversiones públicas y privadas.
La tasa de interés se proyecta cerrar en 9.5 por ciento, y se anticipa una inflación del 3.8 por ciento. Asimismo, el tipo de cambio podría situarse en 17.6 pesos por dólar.
En cuanto al precio de la mezcla mexicana del crudo de exportación, se estima en 56.7 dólares por barril, en línea con la metodología establecida en el artículo 31 de la LFPRH y el artículo 15 de su Reglamento. Asimismo, la plataforma de producción de petróleo nacional podría ascender a 1.9 millones de barriles diarios.
Estas estimaciones están respaldadas por la continuidad de las políticas públicas implementadas en esta administración y las reformas laborales de los últimos cinco años que han mejorado el acceso a la seguridad social, y han aumentado los ingresos laborales.
Asimismo, se anticipa que los sectores de servicios, comercio, construcción y manufacturas experimentarán una alta demanda de personal, apoyada por la mayor participación femenina en la fuerza laboral, principalmente aquella altamente calificada.
Por su parte, el fenómeno de la relocalización de empresas y los estímulos fiscales otorgados en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec impulsarán el desarrollo económico del sur de México.
Para el ejercicio fiscal 2024, se presupuestan ingresos por 7.3 billones de pesos, un aumento de 0.8 por ciento en términos reales respecto a la estimación de cierre de 2023. Los ingresos tributarios aumentarán en 284 mil millones de pesos con respecto a las previsiones de cierre de 2023, incluyendo un aumento en el IEPS de combustibles de 161 mil millones de pesos, a pesar de un menor precio del petróleo.
Asimismo, los ingresos petroleros se prevén menores en 133 mil millones de pesos respecto a la estimación de cierre para 2023, debido a un precio de petróleo 15 por ciento menor comparado con el cierre de 2023. Aun así, se verán parcialmente compensado por un aumento de 1.4 por ciento en la producción de hidrocarburos.
Para 2024, los ingresos tributarios están proyectados en 4.9 billones de pesos, un crecimiento real de seis por ciento respecto al cierre de 2023. Sin contar el IEPS de gasolinas, los ingresos serán de 4.5 billones de pesos, con el ISR y el IVA, creciendo un tres por ciento y 2.6 por ciento, respectivamente, atribuido al crecimiento económico y medidas tributarias implementadas desde 2019.
Por su parte, los ingresos no tributarios se presupuestan en 262 mil millones de pesos, una reducción de 24 por ciento en términos reales respecto a la estimación de 2023, debido principalmente a que se estima que habrá mayores ingresos excedentes con destino específico. Además, los ingresos de organismos y empresas, excluyendo Pemex, se mantendrán en niveles similares en términos reales a los aprobados en 2023.
Por su parte, Pemex tiene un superávit financiero proyectado de 145 mil millones de pesos, compensado por una aportación similar del Gobierno federal para el pago de amortizaciones de deuda de mercado y para reducción de dicha deuda. Esta medida genera mayor confianza de los inversionistas.
Pemex también tiene un techo de gasto de servicios personales de 105 mil millones de pesos. Además, la carga fiscal de Pemex se reducirá, y su costo financiero disminuirá en 4.7 millones de pesos, una caída de 3.6 por ciento en términos reales respecto a lo aprobado para 2023.
En 2024, el déficit en el balance del Gobierno federal se proyecta en 1.9 billones de pesos, alineado con los RFSP y balances de las empresas productivas del estado y entidades bajo control presupuestario directo.
El Programa Económico 2024 no contempla modificaciones a la ley de derechos, a excepción de dos exenciones del pago por acceso a sitios y zonas arqueológicas, que favorecen a las comunidades indígenas y a los guías turísticos que residen y laboran en las inmediaciones de zonas arqueológicas.
Ahora bien, el gasto neto total para 2024 está proyectado en nueve billones de pesos, un aumento de 4.3 por ciento en términos reales respecto al nivel aprobado para 2023. De este total, 6.4 billones de pesos corresponden al gasto programable.
Es importante resaltar que el gasto propuesto está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, con un 84 por ciento de los programas presupuestarios vinculados a estos objetivos globales.
El Programa Económico 2024 tiene un componente social muy importante. Se prevé un gasto en desarrollo social de 4.4 billones de pesos, lo que constituye un aumento real del siete por ciento con relación al nivel aprobado de 2023 y representa 68 por ciento del gasto programable total.
Este incremento permitirá fortalecer los programas sociales, destacando la universalidad de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, en donde se alcanzará un aumento de 25 por ciento en la pensión otorgada.
En términos de infraestructura económica, se propone un gasto de 1.1 billones de pesos, con un marcado enfoque en la inversión física, que absorberá 80 por ciento de estos fondos.
En el ámbito del federalismo fiscal, los recursos destinados a las finanzas públicas locales suman 2.5 billones de pesos, mostrando un aumento de 13 mil millones de pesos respecto al cierre de 2023. Esto subraya el compromiso continuo de apoyar y fortalecer las capacidades financieras de los estados, permitiéndoles satisfacer sus responsabilidades institucionales en áreas críticas como la educación, la salud y la infraestructura social.
Para cerrar mi intervención, me gustaría reiterar que el Programa Económico 2024 continuará distinguiendo a México como uno de los países con menores niveles de endeudamiento como porcentaje del PIB, muy por debajo de umbrales de alerta determinados por agencias calificadoras y organismos financieros internacionales. Contribuirá a una transición financiera ordenada y permitirá a la siguiente administración contar con recursos para iniciar un nuevo programa económico que siga consolidando la estabilidad y el crecimiento inclusivo de México.
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