Advierten expertos repercusiones tras cancelación de NOM
Iris Velazquez/Agencia Reforma
Ciudad de México. Especialistas en salud reviraron al Subsecretario de la Secretaría de Salud (Ssa), Hugo López-Gatell, y defendieron la importancia de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), al aseverar que sin estas, se afectarán aspectos como la observancia obligatoria en diversos rubros del sistema de salud en el País y la generación de políticas integrales en beneficio de la población.
Ayer, con la publicación del «Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2023» en el Diario Oficial de la Federación, se cancelaron 35 NOM en materia de salud, entre ellas, las relativas a diversos tipos de cáncer como el de mama, el cervicouterino y el de próstata, entre otros padecimientos.
«Pienso en contrario de lo que dijo el Subsecretario Hugo López-Gatell que no se necesitan las normas oficiales, desde mi punto de vista, por supuesto que se necesitan», indicó en entrevista, Carolina Gómez, coordinadora de Comunicación y Asuntos Públicos de la consultora Avvocatura.
La consultora especialista en riesgos de salud pública indicó que si bien las NOM deben ser revisadas periódicamente, cada 5 años, la cancelación fue abrupta y echó por la borda horas de trabajo y evidencia científica para elaborarlas.
«Nos dejó a todos así como en ascuas, pensando en que pues, ¿qué sigue? Al leer ese documento en el DOF, pues sí nos pone en una circunstancia de asombro, impensable», dijo.
«Por qué querer eliminar tantas, pero sobre todo por qué querer eliminar tantas que tienen que ver además con los padecimientos más comunes (cáncer, diabetes, hipertensión), digamos con mayor incidencia en el País».
«Aunque se requiera una actualización, me parece que no se explicó adecuadamente en ese documento. No queda claro por qué lo hizo (López-Gattel), creo que eso lo que más preocupa», agregó
Recordó que las NOM detallaban las acciones dirigidas para atender problemas de salud o enfermedades, y contemplaban datos relevantes como grupos de riesgo a los que irían enfocadas, lineamientos y aspectos a evaluar. También, añadió, eran la base para la programación y presupuestación en las acciones de salud de las entidades federativas y del Gobierno federal.
«Para aplicar una buena política de salud o una política pública de salud, para eso son útiles las NOM. Lo que yo percibo es que sí vamos a tener algunas consideraciones que tengan que ver sobre todo con la calidad del procedimiento o de la acción que se haga, del seguimiento, de la vigilancia epidemiológica de esa enfermedad, porque esa es una de las cosas más importantes de la salud pública y es vigilar cómo se comporta alguna enfermedad.
«Se está, digamos, haciendo a un lado las miles de horas de trabajo y la evidencia científica que respalda cada una de las NOM», insistió.
En tanto, Alejandro Macías, connotado internista, infectólogo y ex comisionado nacional del combate a la influenza, también defendió la utilidad de las NOM y consideró que debe haber una justificación más clara sobre su cancelación.
«Si se quiere cancelar una norma oficial mexicana, se tiene que argumentar por qué; a petición, generalmente para actualizarla o para corregir un impacto regulatorio desmedido, se puede solicitar a la autoridad que la originó. Ahora, la propia autoridad que generó las normas las está cancelando en masa; no tiene un precedente», resaltó.
«Las normas oficiales representan el trabajo de mucha gente y de muchas instituciones. Hay ocasiones en las que una sola norma puede durar en elaboración meses y pasa por todo un procedimiento para finalmente lograr su autorización», explicó.
«Por eso yo considero que en este caso debió haberse hecho de manera paulatina y en consenso con los expertos y las instituciones que las generaron», agregó.
El especialista opinó que debe haber una mayor vigilancia y observancia sobre las acciones de salud.
«También es verdad que muchas veces esas normas están escritas, pero no tienen aplicación, pues, fuera de las regulaciones que establece la Cofepris, por ejemplo. Las faltas a las normas suelen quedar sin una sanción y se vuelven letra muerta. Si se considera que hubo conflictos de interés por parte de los expertos consultados, conviene señalarlos.
«En muchos de los casos la atención que ya se da a enfermedades cuyas normas van a desaparecer, es lejana a óptima. Como dije, frecuentemente las normas marcan un mundo ideal y la realidad es muy diferente; por eso creo que su cancelación no cambiará mucho la realidad. Desde luego, lo ideal sería tener guías que fueran atendidas por los usuarios», apuntó.